'Sal con alguien que no lea', por Charles Warnke y Laura Ferrero

Quién dijo miedo estando Laura Ferrero

T.G.
26/05/2019
 Actualizado a 19/09/2019
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«La chica que lee conoce el inevitable significado de un final y se siente cómoda en ellos, pues se ha despedido ya de miles de héroes con apenas una pizca de tristeza». Lo dice Charles Warnke para recomendar a sus lectores que salgan con alguien que no lea. Lo hizo primero a través de las redes sociales en un relato que causó furor y se convirtió en viral, el mismo que ahora, con una cuidada ilustración, ha editado Alfaguara con otro relato extra de Laura Ferrero, ‘Miedo’. En conjunto forman un homenaje al amor y a los libros, pero no de esa manera manida y romántica que puede uno presuponer después de tanta pastelada leída. Warnke da a elegir al lector entre una vida plana y una llena de aventuras, entre lo cómodo y lo incómodo, entre el aburrimiento y la diversión, aunque a veces esta sea trepidante hasta el exceso. Entre alguien que lea y alguien que no lea. Y si el relato de Warnke, que se lee en pocos minutos y se digiere en unos cuantos más, es maravilloso luego llega Laura Ferrero y lo borda como lo ha hecho en los relatos de ‘Piscinas vacías’ o en la novela de ‘¿Qué vas a hacer con el resto de tu vida?’. Cuando Laura escribe nadie queda indiferente a sus palabras, remueve algo. En este caso lo que remueve son los miedos a raíz de un poema de Carver: «Miedo a no amar, y miedo a no amar lo suficiente».

Novedades

- 'La Biblia según Dios', por @diostuitero en Malpaso Ediciones. La Biblia es el libro más leído de todos los tiempos, pero ninguna de las numerosas versiones es la buena. ¿Por qué? Porque todas fueron escritas por hombres. Y como toda obra humana, está repleta de fallos. La Biblia contiene numerosas contradicciones. Ahora llega la definitiva, la buena, la mía, la divina, la contada por @diostuitero. Tomad y leed.

- 'Mi padre el pornógrafo', por Chris Offutt en Malas Tierras. Cuando Andrew Offutt murió, su hijo Chris heredó un escritorio, un rifle y 800 kilos de porno. Andrew fue considerado el rey de la pornografía escrita, con una carrera que comenzó como un medio para pagar la ortodoncia de su hijo.


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