Sáez Aguado: "El Hospital no es un lugar para encerrarse"

El consejero de Sanidad asegura que el Hospital del Bierzo "ha mejorado"

S. Calleja (ICAL)
17/09/2017
 Actualizado a 15/09/2019
El consejero de Sanidad, Antonio María Sáez Aguado. | ICAL
El consejero de Sanidad, Antonio María Sáez Aguado. | ICAL
Arranca el curso político con varios frentes abiertos. Tras las mareas blancas de los primeros meses del año, augura un otoño tranquilo con el punto de mira puesto ya en los presupuestos de 2018 y el reto de seguir manteniendo un sistema que parece que comienza a respirar tras salir del coma de años intensos de crisis. El consejero de Sanidad, Antonio María Sáez Aguado, avanza que este 2017 marcará un hito en materia de inversión tecnológica e infraestructuras, pero no oculta el peligro de que el gasto sanitario siga creciendo y se recurra a déficit y deuda para financiarlo. Asegura no entender la protesta que persiste en el Hospital del Bierzo y lamenta que estos años de crisis no hayan servido para introducir cambios estructurales en el sistema por haberse tropezado con un debate político y social, que los entendió como recortes y privatización, y que ahora podrían contribuir al reto de asegurar la innovación tecnológica y garantizar nuevos tratamientos que vendrán como el de la hepatitis C. Ante este escenario, Sáez Aguado aboga por un nuevo sistema de financiación que tenga en cuenta estos cambios constantes que rebasan las previsiones de un fondo de cohesión.

- Arranca un nuevo curso político, tras las mareas que protagonizaron los primeros meses del año, ¿augura un otoño tranquilo?
- En eso confío. La evolución que ha tenido nuestro sistema de salud es positiva. En los dos últimos años hemos tenido, aunque aún limitada, mayor capacidad presupuestaria, lo que nos ha permitido mantener en algunos lugares donde ha habido reivindicaciones, como Salamanca y Ponferrrada, proyectos y programas de inversión importantes. También, hemos aumentado sensiblemente el presupuesto de sustituciones... se han hecho cosas. Espero que esto tranquilice un poco, aunque siempre tiene que haber reivindicaciones y demandas puntuales.

- ¿Qué solución va a dar a los usuarios que llevan encerrados más de un mes en el Hospital del Bierzo?
- Todas las reivindicaciones son legítimas. En el Bierzo, tras varias movilizaciones, nos reunimos y fijamos una serie de compromisos con la Plataforma por la Sanidad Pública. Establecimos un programa de actuación cuyo grado de ejecución vamos a evaluar ahora en octubre. De hecho, ya cuentan con un informe previo. Este hospital ha reducido sensiblemente la lista de espera; en el Área de Salud han aumentado las sustituciones; la inversión en asistencia sanitaria y en renovación tecnológica ha crecido; se van a construir dos quirófanos nuevos... Estamos cumpliendo con lo que nos comprometimos y el Hospital del Bierzo ha mejorado. En paralelo, ha surgido un grupo cuyos planteamientos y reivindicaciones no entendemos, ya que no dependen de la Junta, como la derogación de leyes del Estado y cuestiones de este tipo. Lo que me preocupa es que la situación haya derivado en una situación que no debe producirse: El hospital no es un lugar para encerrarse, ocupar un vestíbulo y alterar su funcionamiento. Lo principal ahora es mejorar la asistencia sanitaria y el Hospital del Bierzo, algo que estamos cumpliendo.

- Los traídos y llevados recortes han sido la causa de buena parte de estas protestas, ¿llegan nuevos aires al sistema sanitario autonómico?
- La idea de los recortes se ha trasladado, pero no siempre responde a la realidad. En unos días voy a comparecer en las Cortes para dar cuenta del trabajo realizado en el ecuador de la legislatura, y los datos están ahí. En este tiempo, el gasto en Sanidad ha aumentado un 5,2 por ciento y los efectivos de Sacyl se han mantenido, han crecido un ligero 0,2 por ciento. Cuando se habla de recortes y se dice que no se reponen las jubilaciones, se pierden efectivos... hay que aportar datos, que dicen todo lo contrario. Por ejemplo, un informe de CCOO sobre la evolución de efectivos entre 2007 y 2017, los peores años de la crisis, pone de manifiesto que los profesionales han crecido. Muchas veces se habla de recortes, y yo tengo que decir que no es así. En estos años el presupuesto para sustituciones ha aumentado otro 60 por ciento. Esto son los datos que forman parte de una realidad en la que hay problemas puntuales y locales, pero donde no se puede perder de vista esta globalidad. Este año estamos haciendo un esfuerzo importantísimo en tecnología. Vamos a cerrar el año con una inversión superior a los 40 millones de euros en renovación y mejora tecnológica. La perspectiva es positiva, y los datos ponen de manifiesto que no se han dado pasos atrás.

- ¿Los presupuestos de 2018 van a ser los de la recuperación del ritmo inversor de los años previos a la crisis?
- En este 2017 ya se ha empezado a notar. La voluntad es seguir en esta senda. En los dos últimos años, con la excepción del Hospital Clínico de Valladolid, se están reactivando la inversiones hospitalarias. En el Hospital de Salamanca tenemos una inversión de 38 millones de euros, la más importante de la Junta en los últimos años; hemos terminado la obra en el Provincial de Zamora; adjudicado la primera fase del nuevo Hospital de Palencia; este año licitaremos la segunda fase en Soria y estamos invirtiendo en obras de 19 centros de salud. 2018 va a dar continuidad a estas inversiones a un ritmo que nos gustaría que fuera mayor.

- En unos días le toca rendir cuentas ante las Cortes y hacer balance en el ecuador de la legislatura, ¿qué pesan más los compromisos cumplidos o los pendientes?
- Lo estamos cuantificando, pero sí, más del 60 por ciento de los compromisos están ya realizados o en fase de desarrollo. Hay compromisos, por ejemplo mejorar las condiciones laborales de los profesionales, que se abordan de manera permanente; cambios organizativos como la integración entre Atención Primaria y Especializada que se ha hecho pero hay que seguir con ello... Vamos a cumplir muy bien el programa de legislatura. Estamos hablando ahora del ecuador, pero esta cifra nos va a permitir cumplir con los compromisos para estos cuatro años.

- ¿Le gustaría que el ritmo fuera mayor?
- La complejidad de una organización como la sanitaria impide hacer las cosas a un ritmo que en otros ámbitos de la Administración son más directos. No es como construir una depuradora, que se redacta el proyecto, se licita, se ejecuta y se acabó el debate. Proyectos como la integración de Primaria y Especializada requieren muchas acciones muy diferentes. Pero, sí, estamos en el camino correcto y con el impulso necesario para poder presentar a final de legislatura un balance muy positivo de cómo ha evolucionado la sanidad. Lo dicen los indicadores, cada vez que vemos indicadores e informes que no son nuestros vemos que dicen que las cosas van bien.

- En la cartera de proyectos pendientes figura la construcción o reforma de seis hospitales -Salamanca, Zamora, Valladolid, Soria, Palencia y Aranda de Duero-. ¿Estarán listas estas infraestructuras en dos años?
- Finalizadas no, pero sí vamos a cumplir el programa que planteamos. Por ejemplo, el Hospital de Santa Bárbara tendrá cuatro años de ejecución; la primera fase del de Palencia son 40 meses... Listas como tal no, pero sí cumpliremos las previsiones. Por ejemplo, queremos que el traslado del Clínico de Salamanca se haga en 2019. La única duda es la del Clínico de Valladolid.

- ¿Qué situación atraviesan las obras de este hospital después de que la empresa adjudicataria pidiera la rescisión del contrato?
- La obra está parada y no nos han facilitado el proyecto de la obra nueva. De persistir en la petición de rescisión del contrato, tendremos que hacerlo, porque las obras han estado paralizadas y, de acuerdo a la Ley de Contratos, están en su derecho, aunque la paralización de las obras fue acordada.

- Entre las prioridades de los pacientes están las listas de espera. ¿Se alcanzará el compromiso de llegar a un máximo de 25.000 pacientes pendientes de ser intervenidos?
- Desde que comenzamos a aplicar el plan de reducción, el ritmo que ha tomado apunta en ese sentido. Este trimestre, aún no tenemos datos, habitualmente no suele ser bueno; pero lo importante es mantener la tendencia de reducción. Sí, vamos a conseguir estar por debajo o en el entorno de los 25.000 pacientes en espera quirúrgica y mantenido las prioridades que es lo importante.

- ¿Cómo avanza el decreto de demora máxima para pruebas diagnósticas?
- Estamos discutiendo de manera interna un primer borrador. En paralelo, trabajamos en la modificación del sistema de registro de pruebas, que hasta ahora sólo diferencia entre pruebas prioritarios u ordinarias. Después, incluimos otro factor vinculado a las unidades de diagnóstico rápido... Estamos cambiando el sistema de información para poder registrar los tiempos de garantía de demora para las pruebas.

- Lleva seis años y medio al frente de la Consejería, le tocaron tiempos de afinar en gestión para preservar lo fundamental de la sanidad, ¿cómo ha evolucionado el sistema en este tiempo?
- El Sistema Nacional de Salud no ha aprovechado la crisis para introducir cambios estructurales que garanticen la sostenibilidad. Tampoco se hicieron en el período de bonanza, que hubiera sido más fácil. La crisis nos ha obligado a sostener el sistema, a contraerlo de manera mínima, porque tenía tendencia expansiva de crecimiento no siempre eficiente. En Castilla y León hemos intentado algunas cosas que han tropezado con un debate político y social muy encendido en el que algunas medidas se entendían que cuestionaban el sistema. Me refiero a estrategias como la de 'no hacer', por ejemplo. Sabemos que hay actos médicos que no aportan nada al paciente, ni a su diagnóstico, ni ha su tratamiento... No lo decimos nosotros, lo dicen las sociedades científicas. Las medidas han sido relativamente limitadas y se han desarrollado a un ritmo muy lento por estas resistencias. Partiendo de la base siempre de que lo esencial del sistema debe mantenerse -el carácter público, gratuito y universal-, se han impulsado cambios organizativos como dar mayor peso a los profesionales en la toma de sus decisiones, integración de Primaria y Especializada, cambios en la atención a la cronicidad... Todo ha pretendido mantener un sistema que estaba expandiéndose sin recursos suficientes, mantenerlo como estaba sin crecer e ir haciendo pequeños cambios para, ahora, empezar a hacer algunas cosas nuevas.

- ¿El sistema está preparado para asumir tecnología punta y nuevos tratamientos, muy caros pero efectivos para los pacientes?
- La sanidad ha crecido en las últimas décadas el doble del PIB y esto no es una cuestión de decidir, sino de garantizar la sostenibilidad. En crisis se han contraído las dimensiones de la sanidad; ahora podemos crecer, pero hacen faltan esos pequeños cambios mantenidos en el tiempo, lentos pero progresivos, para que funcione con más eficiencia y sea sostenible. Van a venir tiempos, ya han venido, de incremento de las exigencias y de las demandas sociales, y de nuevos tratamientos, nueva tecnología -la inmunoterapia contra el cáncer, genómica...- El impacto del coste va a ser importante y hay de solucionarlo; por eso es fundamental abordar el modelo de financiación.

- ¿Y cuál es la fórmula?
- Es muy peligroso que la sanidad tenga que recurrir a déficit y deuda para financiarse. Pone de manifiesto que el modelo es insuficiente, y no atiende a factores claros como el envejecimiento y la dispersión que impactan en el gasto y en las necesidades. Además, no se han fijado fórmulas para garantizar la suficiencia dinámica. Corremos el riesgo de ir a un modelo sostenible que en la evolución de unos años no contemple medidas para garantizar la suficiencia, porque va a haber innovación tecnológica y medicamentos con un impacto importante. El ejemplo es la hepatitis C, que en nuestro caso nos llevó a incumplir el objetivo de déficit por primera vez. El informe de los expertos prevé un fondo, similar al de cohesión, pero no es la solución.
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