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Sacar la mano a pasear

23/09/2017
 Actualizado a 17/09/2019
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Esta semana hemos conocido un nuevo caso de acoso escolar en nuestra ciudad, y digo nos hemos enterado porque haber hay muchos, pero sólo unos pocos trascienden y no son tapados por distintos motivos o intereses. Todos conocemosalgún incidente así, a veces sólo de oídas y a veces en primera persona. Todos sabemos que hay padres y colegios que se lavan las manos porque no interesa afrontar el problema. Los niños son crueles, aún más cuando se juntan en manada tomando en muchos casos el ejemplo de los padres.

Esta semana Dimas ha empezado una nuevaetapa, se acabó la buena vida y probablemente no dormirá a pierna suelta hasta que no se jubile.

Les diré que yo soy definitivamente un antiguarderías, a no ser que no exista otra opción o no quede más remedio. Esto de las guarderías dicen que fue un invento neoyorquino que se les ha ido de las manos, ya que actualmente muchos de los padres de Manhattan piensan que el camino de sus hijos hacia la élite comienza en la guardería. Estos centros infantiles justifican sus tarifas de miles de dólares, con pruebas de acceso, tales como test de inteligencia a seres que apenas miden medio metro, y ridículasentrevistas a los padres,estresadosmuchos de ellos por el miedo a no aprobar, terminan por pagar lo que sea a preparadores externos. Un hombre de éxito no se puede permitir el lujo de no aparecer en las fiestas de la guardería o en las ansiadas actividades de convivencia donde conocerán a otros padres ypodrán hacer el llamado ‘networking’ de padres.

Volviendo a nuestro León, en el que también funciona muy bien «el qué dirán», y en el que venir de familia pudiente o aportar apellidos largos no es garantía de que no hagas trastadas ni saques la mano a pasear, maldecimos al profesor y perdemos el norte si nuestro hijo es agredido o simplemente apartado en el patio del colegio, porque lleva gafas o es gordín. Pero qué ocurre si nuestro hijo es el cabecilla del eje mal y el que ordena pegar; ¿Estamos preparados para que nos digan que nuestro hijo es un malhechor? ¡Ni de coña!

Durante esta semana no he pensando en lo feliz que iba ser Dimas con sus compañeros, ni que iba a estar magníficamente cuidado, ni siquiera que el convivir con otros niños le iba a venir bien para su desarrollo, en mi mente solo había lugar para la preocupación por su seguridad. Y saben ¿por qué? Porque aún en estos tiempos existen padres que sacan pecho y se ríen cuando les dicen que su hijo se ha peleado con otro, los mismos que verán a su hijo bebido en urgencias y no entenderánel por qué, si su niño no bebe jamás.
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