¿Sabrá la paca que la puede quitar?

La paca de hierba –en un país de debates inútiles también podemos abrir otro sobre si es más propio decir alpaca– parece ajena a la posibilidad de poder quitarse la mascarilla y tal vez la felicidad que intuye en sus ojos tenga mucho más que ver con que como no tiene que seguir los dictámenes de la actualidad tampoco es necesario que vea y escuche los telediarios, ni siga la actualidad internacional.

Tal vez la felicidad sea deudora de no enterarse de nada; aunque dicen que en el caso del presidente de las Cortes, que lo segundo que hace es suprimir lo ya suprimido, la felicidad podría venir de la nómina, que fijar la cantidad fue lo primero que hizo para que todo lo que venga detrás sea superfluo.

¿Tiene obligación la paca de llevar mascarilla? ¿es personal de riesgo? No es tema menor resolver estos asuntos, como bien saben en la Junta desde que el ganadero Tomás González les planteó hace unos años en un razonado escrito que deberían pagarle una vaca que le comió el lobo porque todo el problema «dimana» –ésa era su palabra– del hecho probado de que «no sabe leer (la vaca)». Y es que murió a muy pocos metros de una tablilla en la que se podía leer ‘Reserva Nacional’ y si hubiera muerto para el otro lado de la tablilla no cabe ninguna duda de que la pagarían mientras que perdía el derecho allí donde murió, a pocos metros. Decía el ganadero que con lo buena que era «si hubiera sabido leer» habría caminado unos metros más, hasta el lugar donde pagarían su muerte.