Dentro de los itinerarios guiados, todos los viernes de julio y agosto se podrá participar en el paseo por Riolago para contemplar la arquitectura babiana. Con un precio por participante de cinco euros, esta actividad se desarrolla en horario de 11:00 a 13:00 horas. Conocer aquello que nos rodea, dejándonos llevar por la tranquilidad del encanto rural, es una de las apuestas para disfrutar este verano en Babia y Luna con familia o amigos.
La otra propuesta, que se realiza todos los sábados de julio, agosto y septiembre, es contemplar la inmensidad de Las Ubiñas desde el Camino Real de Las Fornas. Con un precio también de cinco euros por participante, este paseo guiado tiene lugar en horario de 10:00 a 13:30 horas. El Camino Real de Las Fornas es un precioso sendero que enlaza la localidad de Riolago con la de Villasecino, desde donde contemplar el espectacular valle y sus montañas.
Para participar en las rutas guiadas que propone la Casa del Parque será necesario inscribirse previamente, solo a través de la aplicación WhatsApp, al teléfono 649 132 009.
Los más pequeños también tiene su propio espacio en el programa estival de la Casa del Parque de Babia y Luna han ideado talleres a su medida, para aprender y divertirse en un entorno único. Estos talleres se celebran los sábados de julio y agosto, en horario de 17:30 a 19:00 horas, siendo una actividad gratuita que no necesita inscripción previa. El aforo será de 15 participantes por taller.
La Casa del Parque
La Casa del Parque de Babia y Luna es en sí misma un motivo para visitar. Se ubica en el que fuera el edificio residencial del Palacio de Quiñones, un magnífico edificio de interés cultural del siglo XVI. Este conjunto palaciego se compone de un edificio principal rematado en su lado norte por un torreón de tres plantas. Además incluye un patio ajardinado cerrado por una muralla a la que se adosan una pequeña edificación, la capilla, y unos almacenes.
La edificación principal, el palacio propiamente dicho, es de planta rectangular, consta de dos alturas con línea de imposta de separación, que continua también en el torreón. Actualmente, después de varias reformas, la distribución de carácter residencial se ha modificado dejando las plantas diáfanas para acoger la dotación expositiva.
Tanto la plaza como su entorno fueron declarados Conjunto Histórico por decreto 201/1995 de la Consejería de Educación y Cultura de la Junta de Castilla y León.