En el que se inicia de San Salvador conoceremos las ricas riberas del Bernesga, del Lena y del Caudal; bosques mediterráneos y alpinos y la exuberante vegetación del Cantábrico; atravesaremos collados y puertos a la vera de grandes montañas; cruzaremos paisajes industriales de explotaciones carboníferas, o lo que queda de ellas, centrales térmicas, cementeras, polígonos industriales y grandes infraestructuras de comunicaciones; contemplaremos una destacada arquitectura monumental y popular; descubriremos restos arqueológicos de antiguos cenobios que con nuestra presencia recuperaran un poco de vida; saborearemos la rica gastronomía de la montaña central y de los valles asturianos; y, sobre todo, viviremos la especial relación entre peregrinos y con las acogedoras gentes que siempre nos reciben por donde pasamos. Muchas de estas certezas, aunque sabemos que están ahí, las descubriremos al hacer el camino.
La salida se hará desde San Isidoro de León donde la historia y el arte están al alcance de las manos. Pasaremos junto a San Marcos, hoy parador nacional, que fue en el pasado importante hospital de peregrinos. Llegaremos a Carbajal de la Legua, donde estuvo el monasterio de monjas benedictinas que luego se trasladó a León y aun hoy se las conoce por ‘Las Carbajalas’. Remontaremos el río Bernesga pasando pos sus innumerables pueblos y villas, por santuarios como el del Buen Suceso, cruzaremos collados y valles y llegaremos al monasterio medieval de Arbas y un poco más adelante al puerto de Pajares a la vera del gran macizo de Ubiña. Descenderemos por la cuenca del río Lena visitando la iglesia de Santa Cristina, joya de la arquitectura prerrománica, y continuaremos por la del río Caudal, para terminar nuestro camino en Oviedo y su catedral donde nos espera San Salvador y las importantes reliquias de la Cámara Santa.

Con el traslado de la corte a León y la conquista y pacificación de la meseta, las rutas van trasladándose más hacia el Sur hasta fijarse en lo que hoy es el Camino Francés, especialmente promocionado por la publicación del Códice Calixtino en el siglo XII.
A pesar del nuevo trazado del camino, la catedral de Oviedo continuó aumentando las numerosas e importantes reliquias que ya poseía. Especial trascendencia tomaron estas con la visita de Alfonso VI, rey de León, en 1075 para la publicación de un inventario exhaustivo de las que se custodiaban en la Cámara Santa destacando su relevancia, lo que supuso un revulsivo importante para las correspondientes peregrinaciones. Las bulas papales concedían indulgencias a los que orasen junto a ellas y ofreciesen limosnas, lo que hizo que se mantuviera viva esta ruta de peregrinación entre León y Oviedo, porque gran número de peregrinos querían visitarlas, y que aumentasen considerablemente las donaciones con las que se costeó la remodelación gótica de su catedral y generó una importante reactivación económica y social de la ciudad. Esta ruta de peregrinación se mantiene a lo largo de los siglos y ya en el XVI en la Nouvelle Guide editada en París aparece recogido el verso de «Quien va a Santiago/ y no al Salvador/ visita al criado/ y no a su Señor» que tan popularizado se mantiene en la actualidad.
La Asociación de Amigos del Camino de Santiago de León quiere unirse a esta tradicional ruta recorriéndola en seis etapas a lo largo del presente año. La primera comienza el próximo domingo 28 partiendo a las 09:00 h de San Isidoro para llegar a Cascantes de Alba. El programa recoge que se terminará en Oviedo el 21 de octubre.
Nos queda, pues, un gran trecho que acometeremos con desbordante ilusión por las experiencias y vivencias que nos esperan y que formarán parte para siempre de nuestro ‘currículum’ personal.
Buen Camino