"Rusos y ucranianos se sienten hermanos y por eso esta guerra se vive aquí como una tragedia"

Lucía de Castro es leonesa y estudia Ciencias Políticas en Moscú, desde donde analiza el conflicto armado y las posibles soluciones

Alfonso Martínez
26/02/2022
 Actualizado a 26/02/2022
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Lucía de Castro es leonesa y estudia una doble titulación de Ciencias Políticas entre España y Rusia. Empezó estudiando en la Universidad de Valencia y actualmente está en la Academia Presidencial de Economía Nacional y Administración Pública de Moscú. Allí estudia un programa de política internacional y conflictos globales y ahora mismo está preparando su tesis sobre terrorismo internacional y las medidas que se pueden tomar analizando los casos de la Federación Rusa y de Estados Unidos. Sus vídeos analizando la guerra en Ucrania se han hecho populares en las redes sociales y en el último avanza que la situación para los europeos que residen en Rusia se está complicando. Ya no se cambian euros en rublos y eso impide pagar con la tarjeta o sacar dinero. «Si no se soluciona, la gente se irá de Rusia. Es el objetivo de las sanciones impuestas por el ataque, pero solo perjudican a los ciudadanos normales que no tenemos culpa de lo que está pasando en Ucrania», lamenta.

– ¿Cuál ha sido el detonante del conflicto después de estas semanas en las que se ha querido buscar un acuerdo?
– El detonante ha sido el reconocimiento por parte de Rusia de Donetsk y Lugansk, dos regiones de Ucrania llamadas Donbass, separatistas y prorrusas. Este conflicto se remonta a 2014, cuando debido al golpe de Estado en Ucrania de corte neofascista y antirruso, estas dos regiones ucranianas se declararon independientes. La mayoría de población allí habla ruso, culturalmente son muy cercanos a Rusia y muchos se sienten identificados con este país. La declaración de independencia fue su respuesta al caos que se vivió en Ucrania en aquel momento. El conflicto persiste desde entonces y en los últimos días ha habido ataques por parte de las fuerzas armadas ucranianas a Donbass, por lo que las autoproclamadas Repúblicas Populares de Donetsk y Lugansk pidieron apoyo a Rusia. Putin firmó la declaración de reconocimiento de su independencia y soberanía. Oficialmente fue por razones humanitarias, aunque en geopolítica siempre hay un interés estratégico detrás. En este caso, el control de Donbass permite crear un cordón de separación entre las fronteras rusas y las de la Otan en Europa del Este, una cuestión muy importante para la seguridad nacional rusa. Esta acción diplomática era muy previsible, ya que Rusia usó la misma estrategia en 2008 en Georgia. Cuando este país, que fue parte de la Unión Soviética y aliado de Rusia, quiso unirse a la Otan, Rusia reconoció la independencia de dos regiones separatistas, Abjasia y Osetia del Sur. La división del territorio georgiano impidió que pudiese unirse a la alianza del Atlántico Norte. En definitiva, aunque este conflicto lleva años gestándose, como mínimo desde el año 2014, el año del golpe de Estado en Ucrania y de la anexión de Crimea a Rusia, ha sido el reconocimiento de la independencia de Donbass el desencadenante. Tres días después de esta declaración, Rusia comenzó operaciones militares en esta zona de Ucrania, lo que nos permite hablar de una guerra en su territorio.

– ¿Hay preocupación entre la sociedad rusa por este conflicto?
– Por supuesto. Aún es demasiado pronto como para decir si cabe la posibilidad de que la guerra se extienda a Rusia. Yo creo que no, pero el hecho de que el propio país se involucre en un conflicto armado es motivo más que suficiente para la preocupación para toda la sociedad. Al igual que en Europa, en Rusia la gente quiere paz y así lo ha expresado la mayoría durante estos días. Todos, da igual la localización geográfica, estamos en contra de la guerra y de las muertes. Aquí en Rusia, la enemistad con Ucrania se vive como una tragedia porque rusos y ucranianos se consideran a sí mismos hermanos. Ambos países comparten historia, cultura, costumbres y la mayoría de rusos tienen familiares y amigos en Ucrania y viceversa. Todos estamos preocupados, al igual que en Europa. Lo que cambia es el discurso que cuenta cómo se ha llegado a esta situación. Mientras que en occidente se culpa a Rusia de haber planeado una invasión, aquí se dice que las hostilidades entre Rusia y Ucrania han sido creadas y promovidas por fuerzas exteriores que quieren dividir ambos pueblos, debilitarlos, y dejar a Rusia aislada de sus tradicionales aliados. Las causas del conflicto se viven de una manera muy diferente. Muchos sienten que Europa y Estados Unidos se niegan a tratar a Rusia con el respeto que merece como potencia internacional, y una potencia que históricamente ha hecho mucho por el mundo. Basta con recordar 1945.

– ¿Cree que el conflicto es irreversible a corto plazo?
– Depende. Para empezar, no habríamos llegado a este punto si desde el principio la Otan y Estados Unidos hubieran retirado la invitación a Ucrania y hubiesen asegurado a Rusia el respeto a su área de influencia y seguridad nacional. Al final de la Guerra Fría, Estados Unidos aseguró que la Otan no se ampliaría con países de Europa del Este, pero en 2004 se unieron a la alianza Bulgaria, Eslovaquia, Eslovenia, Estonia, Letonia, Lituania y Rumania, y en 2009, Croacia y Albania. La invitación de la Otan a Georgia ya desencadenó un conflicto con Rusia y ahora con Ucrania, el problema es aun mayor, pues solo quedan Bielorrusia y Ucrania como separación entre Rusia y la Otan. Para Rusia, la ampliación de la Otan al este siempre ha sido una amenaza y ahora, el caso de Ucrania ha supuesto el desencadenante de un conflicto entre Rusia y occidente que ha estado presente desde 2014 cuando Rusia anexionó Crimea a su territorio. Las reivindicaciones de Putin para la paz han sido claras: el reconocimiento de Crimea como parte de Rusia por la comunidad internacional, y el compromiso de que Ucrania no se una a la Otan. Lo de Crimea podría evitarse, pero la solución del conflicto pasará necesariamente por establecer la neutralidad militar en Ucrania, así como evitar que se haga con armas nucleares. Ucrania como estado soviético tenían armas nucleares a las que renunció en 1994 a cambio de su soberanía, pacto del que ahora se arrepienten sus autoridades. En resumen, siempre hay una alternativa a la violencia, pero para conseguirla hay que hacer concesiones por ambos lados.

– ¿Cuál cree que va a ser la reacción de la Otan a partir de ahora?
– La Otan ha condenado las acciones de Rusia y varios estados miembros –Estonia, Letonia, Lituania y Eslovenia– han solicitado una consulta urgente apelando al cuarto artículo del tratado, pues la situación en Ucrania es una amenaza a la seguridad de toda Europa. Las respuestas de occidente serán reforzar su seguridad e imponer más sanciones contra Rusia. La organización no va a entrar militarmente en Ucrania porque no es un estado miembro, pero al ser este un conflicto de dimensiones europeas (si no globales), la Otan reforzará la seguridad de los países que forman parte de la Alianza, en especial en Europa del Este, para evitar cualquier ataque ruso que pueda producirse. Además, la Unión Europea, Reino Unido y Estados Unidos sacarán nuevos paquetes de sanciones económicas contra Rusia y como mínimo, pospondrán la entrada de Ucrania a la Otan, que es algo que ya se planteaba antes de las operaciones militares de Rusia en Ucrania.
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