Rucayo-Camposolillo, una ruta para toda la familia

Hermosas vistas, en especial en primavera y verano, del pantano del Porma, de las peñas Forcada y Susarón, así como de los picos de Mampodre

Vicente García
17/03/2017
 Actualizado a 18/09/2019
La Peña Forcada desde el camino. | VICENTE GARCÍA
La Peña Forcada desde el camino. | VICENTE GARCÍA
El Pantano de Vegamián se construyó allá por los años 60 del pasado siglo e inundó ocho localidades, abandonándose algunas como Camposolillo o Utrero, que se van a visitar en la ruta. La ruta es lineal y se puede hacer solamente hasta Camposolillo, evitando la carretera, que puede resultar peligrosa. El tramo entre el Museo de la Fauna de Valdehuesa y Rucayo tiene un firme bastante deteriorado y la solución al recorrido lineal puede pasar por hacer de nuevo la ruta en sentido inverso desde cualquiera de los puntos o bien utilizar dos vehículos y volver de nuevo a recoger el de Rucayo. La ruta no tiene otra dificultad que el barro que se pueda acumular en días de lluvia o de deshielo. Además está muy bien señalizada.

Se puede también hacer comenzando en Puebla de Lillo o Camposolillo.

Desarrollo de la ruta

Parte la ruta de la localidad de Rucayo, donde existe una fuente poco después de entrar, por la calle de la derecha, en dirección Este se continúa a lo largo de un camino que desciende ligeramente paralelo al arroyo de la Friera, que nace en el valle que se forma entre el Cerro de los Joaquines y el Pico Mahón, se van acercando progresivamente al embalse del Porma para al final ascender hacia una loma, bordear la montaña y descender de nuevo entre bosques de roble, praderas y el pantano algo más abajo, siempre a la derecha. El camino va en continuos ascensos y descensos como si de un tobogán se tratara, pero con la sombra de los árboles y el frescor del pantano para aliviar el calor de los días soleados de verano. Después de una serie de revueltas con ascensos y bajadas continuas, se llega a un cruce muy bien señalizado que indica dos direcciones: el pueblo abandonado de Utrero y el de Camposolillo, también abandonado. Si el caminante desea acercarse a la localidad de Utrero es preciso tener cuidado con las casas por el peligro de caída de todo tipo de materiales, y lo único interesante que se puede contemplar es la fuente que se conserva tal como estaba. Las pocas casas que se mantienen en pie están a punto de caer, por lo que la visita ha de ser rápida y respetuosa.

Se vuelve al cruce de caminos y se continúa hacia Camposolillo subiendo hacia la collada de Barbadillo a lo largo de más de un kilómetro desde Utrero. Desde esta collada se deja de ver la Peña Forcada que ha acompañado al viajero hasta este punto y se comienza a divisar el imponente Pico Susarón en las proximidades, y más lejos los Picos de Mampodre, en especial la Polinosa, el Mediodía Peña Brava y hasta el Corral de los Diablos.

Desde este punto se desciende hasta encontrar una curva hacia la izquierda, que lleva a otro descenso más pronunciado para seguir de nuevo a la izquierda por un camino elevado que da una enorme vuelta para evitar las crecidas del embalse o del Arroyo de Barbadillo. La ruta continúa por una zona alejada del pantano, en las faldas del Pico Susarón hasta llegar a la localidad de Camposolillo. Una vez allí se debe cruzar la carretera y continuar de frente por el camino que finaliza en un pequeño embalse y luego salir de nuevo a la carretera, cruzarla y seguir por la antigua carretera, para al final no tener más remedio que volver de nuevo a ella, y así llegar a Puebla de Lillo donde finaliza la ruta.
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