Rotondas para muñecas

24/11/2022
 Actualizado a 24/11/2022
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De muñecas y mochilas, de juegos y estudios, de caras y cruces, es el mundo que espera a nuestros niños. Su única obligación debería ser jugar pero casi les arrancamos de la cuna para que empiecen su recorrido por las ‘cárceles’ que le ponemos en el camino: la guardería, la escuela de primaria, la de infantil, el BUP, el bachillerato, la Ebau... y todavía no han llegado a la Universidad, todavía siguen siendo unos niños a los que hemos colocado en la rotonda que conduce a un mundo de adultos, de debates y peleas, de caminos sin salida clara, como la rotonda de Llanos de Alba.

Eso sí, que sepan que son leoneses, que antes que Castilla leyes tuvimos nosotros reyes, que sin nosotros no habríamos ganado 7-0 a Costa Rica pues sin León no hubiera España.

Es el mundo de los niños, el de la muñeca y la mochila, el que vigila al de los mayores: la rotonda y la plaza de toros, que es tanto como decir la imposibilidad de entendernos entre nosotros, quien lo dude que lea las crónicas de la barriobajera sesión de ayer de quienes se empeñan en llamar a su barrizal el templo de la palabra.

Hemos hecho un país de rotondas, aunque no tengan salida ni explicación. Hemos cubierto de la intemperie la plaza de toros, pero no para protegerla ni para hablar de toros o verlos, también es un buen motivo para insultarnos con la disculpa de que no son de los nuestros. Nunca tienen razón los otros.

¿Nos ha servido de algo la mochila? Incluso la muñeca.
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