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Rotaciones y soluciones

04/09/2015
 Actualizado a 12/09/2019
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La alineación de Manolo Díaz ante el Mallorca fue tan sorprendente como esperada. Que el madrileño no es precisamente amigo de repetir once lo dejó muy claro nada más aterrizar en Ponferrada, introduciendo novedades y rotando semana sí y semana también a pesar de que los blanquiazules empezaron como un tiro.

Mucho se le criticó entonces y el tiempo le dio la razón. Cuando en la segunda mitad de temporada los problemas físicos de Pablo Infante y Camille o el mediocre rendimiento de futbolistas como Gaztañaga, Rueda y Tete le dejaron sin fondo de armario, el madrileño se vio obligado a cargar de minutos a un núcleo reducido de la plantilla.

El resultado lo conocemos todos. Al último tercio de temporada el equipo llegó agotado, sin la chispa que le había llevado a pelear por el ‘playoff’. Para no tropezar dos veces en la misma piedra, la Ponferradina salió al Mallorca con cuatro novedades.

¿El problema? Las rotaciones llegaron demasiado pronto. Aunque no se puede achacar la derrota a ningún fallo individual - exceptuando el de Ocón Arráiz - en la Deportiva se echó de menos un plan ‘b’, especialmente tras la expulsión de Acuña.

El conjunto berciano, ante un rival en inferioridad, no varió su propuesta y falló al buscar una y otra vez el ataque por el centro, dejando a Yuri dentro de un embudo del que le fue imposible escapar.

Quizá sea lo más preocupante. Caer en el Iberostar cabía dentro de lo posible, pero volver a repetir errores del pasado - Girona, Barcelona B - es un lujo que se paga muy caro en la Liga Adelante.

Templar los nervios y no dejarse llevar por la ansiedad es el primer paso para recuperar la solidez a domicilio y que la fortaleza en El Toralín no sea estéril.
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