13/07/2018
 Actualizado a 15/09/2019
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Pasan las semanas y los fichajes van llegando a la Cultural. De momento han aterrizado un top de la categoría como Aridane, una pieza clave de un recién ascendido y cuatro jugadores de perfil más bajo y procedentes del fútbol madrileño que quizá han estado por debajo de las expectativas que el aficionado esperaba.

Sin embargo, no tiene por qué ser malo. Primero, por la importancia de llegar con hambre. Y segundo, porque hacer un equipo de 16 ‘gigantes’ de la categoría implica que muchos se queden fuera jornada tras jornada y puedan convertir en ingobernable ese vestuario. Es necesario también complementos capaces de asumir otro rol diferente, aunque luego den un paso adelante y acaben siendo principales.

A esa intención pueden responder ese perfil de fichajes, si bien no todos se quedarán. Habrá sorpresas y alguno de esos cuya continuidad ha sido anunciada o de los recién incorporados no empezará la temporada, más que nada porque las matemáticas no engañan y no hay plazas de mayores de 23 años para todos.

Y por supuesto queda ver en qué acaba el culebrón Señé. El mediapunta ha dado un paso más para buscar su salida. La Cultural hace bien en forzar la situación, aunque tenga las de perder. Si su rendimiento hubiera sido un fracaso y se quisieran desprender de él, se aferraría (con toda la razón) a su contrato. En el caso contrario, la balanza suele decantarse por el futbolista, pese a que nadie le obligara a firmar ese contrato sin cláusula de salida.
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