Ribera alardea de que la caída del carbón reduce la emisión de CO2

Las instalaciones industriales y las plantas para la generación de electricidad emitieron el año pasado 127,3 millones de toneladas

L.N.C.
03/04/2019
 Actualizado a 16/09/2019
La ministra para la Transición Ecológica, Teresa Ribera. | ICAL
La ministra para la Transición Ecológica, Teresa Ribera. | ICAL
La ministra para la Transición Ecológica, Teresa Ribera, indicó este miércoles que los sectores sometidos al régimen europeo de derechos de emisión (industria, generadores de electricidad y operadores aéreos) redujeron el año pasado un 6,3 por ciento sus emisiones de dióxido de carbono equivalente (CO2e) en comparación con 2017 debido a la menor generación de carbón. Ribera indicó en una entrevista a Servimedia que ese descenso del 6,3 por ciento «tiene que ver con la caída de la generación de carbón, en gran medida». «El sector eléctrico reduce un 15 por ciento sus emisiones de gases de efecto invernadero. Sin embargo, crecen ligeramente las emisiones del proceso en la industria, un dos por ciento, y crecen un nueve por ciento las emisiones imputables a la aviación», apuntó.

En estos primeros datos de emisiones de CO2 en España en 2018 no están incluidos los llamados sectores difusos, es decir, vivienda, transporte, agricultura, residuos, gases fluorados e industria no sujeta al comercio de emisiones. Así pues, los datos verificados por el Ministerio para la Transición Ecológica revelan que las instalaciones industriales y plantas de generación de electricidad emitieron el año pasado 127,3 millones de toneladas de CO2 equivalente, lo que supone un 6,3 por ciento menos que en 2017. El régimen de comercio de derechos de emisión de la UE es la principal herramienta de la Unión Europea para regular las emisiones de gases de efecto invernadero de la industria, generadores de electricidad y operadores aéreos. Cubre las emisiones de más de 11.000 instalaciones fijas en los 28 estados miembro, Islandia, Noruega y Liechtenstein, así como las emisiones de los vuelos realizados entre dos aeropuertos europeos. En España, este régimen afecta a más de 800 instalaciones fijas y cerca de 30 operadores aéreos activos. Las emisiones de gases de efecto invernadero cubiertas por este régimen en España suponen alrededor del 40 por ciento del total nacional. El resto corresponde a los sectores difusos.

Generación eléctrica


Entonces, la bajada de las emisiones de las instalaciones sujetas a este régimen durante 2018 en España se debe sobre todo al sector de generación eléctrica, que las redujo un 15 por ciento (cuando el año anterior las aumentó un 18,8 por ciento) debido a la elevada hidraulicidad, puesto que la eléctrica hidráulica fue un 85 por ciento superior a la de 2017. En 2018, todas las tecnologías de generación fósil redujeron sus emisiones, con descensos del 17 por ciento en las centrales térmicas de carbón y del 18 por ciento en los ciclos combinados de gas natural.

Industria


Por otro lado, los sectores industriales experimentaron un aumento del dos por ciento en las emisiones de gases de efecto invernadero. El comportamiento de sus subsectores es desigual. Ribera comentó que el incremento del dos por ciento en la industria se centra en la siderurgia, el cemento y la petroquímica, que son «los sectores más intensivos». Ribera recalcó que ese aumento de emisiones de CO2 en la industria sujeta al comercio de derechos de emisión refleja que, «por una parte, hay una cierta recuperación de los sectores industriales y, por otra parte, que todavía no hemos logrado desacoplar ese crecimiento de la producción industrial de la emisión de gases de efecto invernadero».

Transporte aéreo


Por otro lado, las emisiones del transporte aéreo siguen creciendo, puesto que las de los operadores cuya gestión corresponde a España se situaron el año pasado en unos cinco millones de toneladas de CO2, lo que supone un aumento de casi el nueve por ciento respecto a 2017. Las emisiones de este sector mantienen una tendencia continuada al alza desde 2013. Ribera destacó que «no puede descuidarse» esa tendencia en las emisiones de la aviación, aunque son «en términos relativos mucho más bajos que las de la industria del cemento, de la petroquímica o de la generación con térmicas».
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