16/01/2020
 Actualizado a 16/01/2020
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Hace tiempo leí que los hombres que tienen el Rh negativo o son marcianos o son los descendientes de los supervivientes de la Atlántida. Como de estas cosas uno anda a peras, le pregunté por su veracidad a mi hermano Pantera y, sí, me la confirmó, abundando que él es mucho más partidario de lo de los marcianos, ¡faltaría más! El asunto es que el hombre, como especie, tenía en sus comienzos el Rh positivo; el negativo, como los ojos verdes, es una anomalía a la que no se ha encontrado una explicación plausible. Los científicos, como en tantas otras cosas, no tienen ni idea de cómo surgió, de porqué surgió. Puestos a escoger, es mucho más bonita la explicación de los extraterrestres que cualquier otra. Leyendo más sobre el tema, (cuando el diablo no sabe qué hacer con el rabo espanta las moscas), me enteré de que dónde más marcianos hay en el mundo es en el País Vasco. ¡Hombre!, no sabe uno si es dónde más hay, pero que hay muchos lo saben hasta los chinos. Como los de Bilbao nacemos dónde nos da la gana, resulta que, siguiendo investigando, me enteré que en Vegas nos acercamos mucho al porcentaje vasco. También aquí somos legión los que no somos normales, casi un treinta por ciento de la población, cuando el nivel medio de negativos no llega al doce. Pensándolo bien, no me extraña. Somos raros de cojones, como los vascos, aunque mucho más necios. Somos irreverentes, (ya os conté en otra ocasión la jugada de uno que apuntó la horca al cielo y retó a Dios con lo de «baja si hay huevos»), irreflexivos, (primero actuamos y luego pensamos), no sabemos cuándo parar, (actitud que se conoce cuando nos ponemos a tomar cerveza en cualquier bar del contorno); en resumen, todo corazón en muy poca cabeza... Sí, sí, también hay gente normal que no actúa así, pero eso se gana con la edad, con el conocimiento que dan las canas, cosa que, por desgracia, muchos no llegamos a lograr, puesto que tenemos la mala costumbre de morir demasiado pronto. Pensándolo bien, y como ya os he dicho en muchas ocasiones, todas estas características de la gente de Vegas se dan en casi cualquier otro lugar de la provincia; a lo mejor se libran de ellas los de la Montaña, que, por su geografía, están aislados y se crean sus propias manías, que suelen ser muy distintas a las del resto. ¿Qué diferencia hay entre uno de la ribera del Porma y otro de la del Esla? Poca o ninguna. Como los de la Cepeda, o los maragatos o los bercianos. Sí, también los del Bierzo son como nosotros. Lo que les diferencia es el acento que tienen cuando hablan, pero poco más. O sea que somos como los vascos, el último reducto de gente que no es como el resto. Aquí también tenemos deportes autóctonos, bailes regionales aburridos y un paisaje como no verás en ninguna parte del mundo; o en muy pocas. Aunque sea cierto todo lo expuesto, uno cree que no es suficiente para pedir la autonomía para la provincia, (aunque, la verdad, es una cosa que a un servidor se la trae floja). Pero puestos a ser más papistas que el Papa, y aunque todos los leoneses, (menos los montañeses), seamos iguales, ¿por qué coños no nos dan la independencia a los del Condado?, ¿es que no tenemos el mismo derecho que los catalanes o que los gallegos o que nuestros hermanos vascos? Qué pasa, ¿qué porque no tengamos idioma propio se nos coarta la libertad? ¡Pues inventamos uno y asunto concluido! Eso lo hizo Sabino Arana hace ciento veinte años y nadie dice nada, joder, que siempre nos fijamos en tonterías y no nos dejan crecer como nación por estupideces. Hace cuarenta años, una noche de borrachera comunal y divertida, fundamos un partido político que tuvo el mismo recorrido que la mentada borrachera: el FRELIVE, (Frente de Liberación de Vegas). ¿Nuestro lema?: Emirato de Vegas, Califato de León. Buscábamos nuestra independencia para poder conseguir un equipo de fútbol en primera división y, sobre todo, para que las chicas de los ‘países’ vecinos se enamorasen de nosotros, que siempre les han gustado los ‘malotes’ mucho más que la gente buena y aburrida. No hubo caso. El FRELIVE se diluyó en la noche de los tiempos como un azucarillo en el café. Ya es hora de que resucite. Tenemos que conseguir que la Unión Europea nos bombardee con miles de millones de euros como estado independiente que seremos. Les haremos caso en todo: cerraremos nuestras cuadras, dejaremos los campos de huelga, haremos una playa fluvial y un hotel, (con señoras putas de compañía), de cinco estrellas, traeremos cientos de emigrantes africanos o americanos y, sobre todo, no querremos saber nada de aquellos que no tengan el Rh negativo. ¡Positivos ‘go home’! ¡Este sí será un estado divertido y no la mariconada que sufrimos ahora!
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