Revolucionario, pastor, templario, hospitalero

Tomás ‘El último templario’ es el gran responsable de que el nombre de Manjarín y su albergue no haya caído en el olvido ¡Menuda biografía la suya!

Fulgencio Fernández
21/01/2018
 Actualizado a 19/09/2019
Tomás Martínez de Paz, "el último templario" llegó a Manjarín en el año 1993 y allí sigue. | DAVID RUBIO
Tomás Martínez de Paz, "el último templario" llegó a Manjarín en el año 1993 y allí sigue. | DAVID RUBIO
En los ambientes de peregrinos —y lejos de ellos cada día más— el nombre del hospitalero de Manjarín está en boca de todos. No extraña, es una historia con todos los alicientes y que él aliña cada día: no ofrece teléfono, no realiza reservas previas, no cobra más allá de la voluntad que «muchas veces es muy escasa...». 

Militó antes de su ‘conversión’ en la Organización Revolucionaria de Trabajadores (ORT) Y una biografía que posibilita aumentar su leyenda y extenderla lejos de Manjarín. Antes de sumarse a esta orden templaria Tomás Martínez nada habría hecho sospechar que acabaría en Manjarín. Omayra Lista cuenta que «Tomás era sindicalista y afiliado de la ORT (Organización Revolucionaria de Trabajadores), de signo comunista maoísta. ‘Yo siempre fui creyente, incluso en mi etapa marxista», asegura. De hecho, tuvo su primer contacto con la Orden del Temple en una librería de la Liga Comunista Revolucionaria’, donde se hizo con el libro que despertó su interés por el tema».

Dejó su trabajo en Madrid, se rompió su matrimonio, montó una librería templaria en Ponferrada, regentó una granja en Valdueza, fue pastor de ganado antes que de almas y en este oficio contrajo las fiebres de malta por lo que se retiró a un albergue en Villafranca del Bierzo... y allí vio la luz que le llevó a poner en marcha el albergue en el lugar más inhospito y abandonado del Camino, donde recibe a todo tipo de peregrinos: «Aquí se ayuda a todo el mundo».

Jamás le he cerrado la puerta a nadie, solamente a dos hijos de Satanás con carnet Otro peregrino que pasó por el albergue de este singular hospitalero nacido en Murias de Rechibaldo, Luis Peregrino, recuerda que «aunque ha tenido sus días buenos y malos Tomás nunca ha cerrado la puerta a nadie ‘sólo a dos hijos de satanás con carnet’ me comentó». Y a Rebeca Fernández le explicaba que «tenemos un lugar a la entrada donde se hace oración y este tipo de gente ya no suele pasar».

Y tardó 17 años en finalizar el recorrido completo del Camino. Del que ahora es una leyenda.

Y con mucha razón.
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