arsenio-terronb.jpg

Revolución pendiente

09/07/2015
 Actualizado a 08/09/2019
Guardar
De camino a mi despacho escucho la conversación de una abuela con sus nietos y como uno de ellos de unos ocho años le dice en alto: hay que hacer una revolución, a lo que la abuela con la cabeza asiente y a mí me causa una sonrisa por lo profundo de su filosofía. Sin apenas dejar transcurrir ni unos segundos, el mismo niño grita de nuevo: todos los niños con armas, a lo que su hermano, más pequeño aun, se suma alborozado diciendo: sí, armas para matar a mucha gente. Cual Sara bíblica quedé convertido en estatua de sal, incapaz de reaccionar ante tales comentarios. Algo semejante parecía sucederle a su abuela que no acertaba a articular palabra alguna. Dirán que no son más que juegos verbales infantiles que no tienen mayor importancia, pero no deja de ser un síntoma preocupante el que dos infantes pidan una revolución, necesaria a todas luces, pero que la misma consista en cargarse de armas para matar a sus semejantes. Es tal la carga de violencia que recibimos en nuestro día a día, real o virtual, que no nos damos cuenta del daño que podemos causar a nuestros niños, y el que ellos pueden terminar provocando cuando se hagan mayores y tomen las riendas de su vida, y la de otros. Es cierto que no todo él que ve o sufre violencia será violento siempre, pero si que inquieta pensar que pudieran serlo. No menos cierto es que hay quien nunca conoció la violencia en carne propia y sin embargo se comporta cual pirata sanguinario. A pesar de ello, es preferible que los niños piensen que la verdadera revolución pendiente pasa por leer libros, por decir lo que piensan y muy especialmente por pensar lo que dicen, pasa por un esfuerzo máximo personal para conseguir con ello un desarrollo social general más allá de buscar desesperadamente el éxito personal inmediato y sin sacrificio que nos hace indolentes, individualistas e insolidarios, exigiendo para ello cotas infinitas de libertad pero asumiendo, en todo momento, los deberes asociados a ese ejercicio libérrimo de desarrollo vital.
Lo más leído