19/04/2019
 Actualizado a 18/09/2019
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Estos días nuestra provincia como todas las españolas se ha visto envuelta en un revoltijo continuo, confuso a más no poder, penumbroso, agobiante, rico en noticias ciertas algunas, otras inventadas o a medias hasta el punto de desear todos que las elecciones generales del dominical 28 pasen cuanto antes. Menos mal que el benéfico 27 nos aporta un reparador silencio; un silencio legislativo, claro está, en el que por experiencia conocemos que cesan los voceros con sus altoparlantes taladrando los oídos y el lío ensordecedor hace un alto muy grato y necesario.

No sé bien por qué pero transcurridas las anteriores líneas a mi berciana mente viene la columna ‘Hagan sus apuestas’, uya autora, Laly del Blanco Tejerina, acaba de traspasar exitosamente con ella las puertas del periódico ubicado en la Plaza de Santo Domingo, 4, es decir, éste, columna brillante, ‘apetitosa’. Felicito a su autora y al diario citado porque inmerso en el actual barullo político ha sabido descubrir a Laly, gran narradora, e incorporarla a una nueva faceta, la de columnista. Con ello hemos ganado todos. Si no al tiempo.

Por lo demás, os cuento que estoy en Fabero del Bierzo, las rosas de mi huerto ya florecen, los ciruelos están algo afectados por las últimas heladas y el joven cerezal plantado por mi hermano padece indecisión. La nieve en los altos aún araña los montes. Sin internet. Sin embargo estoy a gusto. Mis orígenes, mis correrías infantiles y adolescentes, mi bachiller (dicen que uno es de donde hace el bachiller) están aquí. También mis padres, en el cementerio de Otero de Naraguantes, a escasos pasos de casa y del Pozo Julia. Siento su aliento protector. Bendito sea este rincón en lo alto del pueblo. Hace mucho que no estaba tan contenta. A ver mañana quienes ganan las elecciones. A ver, a ver. Ojalá que sean los míos.
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