30/12/2018
 Actualizado a 14/09/2019
Guardar
Entre todos los lugares comunes que manejamos en estas fechas, uno no menor es el de los balances anuales de todo tipo con los que nos golpean desde cualquier flanco. Son tan insoportables como todos los demás tópicos, pero añaden el agravante de construir una crónica teledirigida y debidamente maquillada. No hay asunto que se escape de esas recapitulaciones. Lo último es el repertorio de tuits virales más compartidos en estos últimos doce meses, una muestra más de cómo el género va mutando y ampliando su espectro sin perder nada de su carga abrumadora.

Porque al cabo esos compendios, tengan el formato que tengan y atiendan a lo que quieran atender, no son otra cosas que ejercicios sádicos de nostalgia, por si las navidades no tuvieran ya suficientes dosis de añoranza y otras enfermedades paralelas. Son también un testimonio de las limitaciones de nuestra memoria, sometida a tal vértigo de noticias y acontecimientos que se hace cada vez más difícil clasificarlas, fecharlas y archivarlas debidamente. Siempre y cuando fuera necesario, que ése es otro cantar. Además, si no bastara con estas consideraciones, hay que observar también que los tales catálogos anuales generan una ansiedad insana: cuántos libros no hemos leído, cuántas películas no hemos visto, cuántas canciones no hemos escuchado, cuántas fotografías no hemos visto, cuántos viajes no hemos hecho, cuántos sucesos no hemos sentido… Y así hasta el delirio.

Por último, todo acaba siendo banal porque las más de las veces se limita a una enumeración vacía de contenido. Un buen balance debería incorporar al menos alguna especie de valoración que nos ayudase a progresar de cara al siguiente periodo, pero no ocurre así. En realidad se nos ofrece una existencia abreviada, sintetizada en nombres, números e imágenes y poco más. Ni siquiera, como en cualquier otro tipo de encuesta, se nos explican los criterios para su elaboración y fiabilidad. Al contrario, parecen decirnos que esto es lo que hay y hasta aquí hemos llegado.
Lo más leído