Restricciones para los regantes de los sistemas Órbigo y Tuerto

La Comisión de Desembalse de la CHD determinó que en estas zonas deberán reducir las dotaciones de agua por hectárea entre un 20 y un 44 % respectivamente

T.G.
30/03/2022
 Actualizado a 30/03/2022
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Un otoño seco y un invierno aún más, con los valores pluviométricos más bajos registrados desde 1951 en el periodo de enero y febrero, marcarán la campaña de riego en el campo leonés. Y lo hará más en unos sistemas de riego que en otros siendo los regantes del Tuerto y del Órbigo los más afectados en cuanto a las restricciones, pues tendrán que hacer frente a la campaña con dotaciones de agua para el riego inferiores a las del año pasado. Así lo determinó este martes la Comisión de Desembalse de la Confederación Hidrográfica del Duero (CHD) que fijó también los volúmenes mínimos de agua que han de quedar a 30 de septiembre de 2022 en las distintas reservas de agua.

Estos son inferiores a los marcados el año pasado de modo que en Barrios de Luna deberán quedar 25 hectómetros cúbicos (el año pasado se marcaron 50), en el Porma el mínimo de agua embalsada será de 60 (80 en 2021), en Riaño será 150 (200 en 2021) y en Villameca el mínimo está en 2 (2,5 en 2021). Todo ello se decidió, según comunicó posteriormente la CHD, teniendo en cuenta las propuestas surgidas de las distintas Juntas de Explotación que se celebraron entre el 23 de febrero y el 10 de marzo, así como en base a las determinaciones del Plan Especial de Sequía y al cambio de tendencia de las aportaciones que se ha visto en marzo.

La sequía marca así la previsión de riego, un contexto que según destacó la presidenta de la CHD, Cristina Danés, pone en evidencia «la necesidad de trabajar conjuntamente para preservar un recurso valioso y escaso como es el agua, a través de una gestión eficiente y realista en toda la cuenca». A pesar del valor de las reservas existentes en la cuenca del Duero al final de la campaña anterior (1.184 hectómetros cúbicos), por encima de la media de los últimos 25 años, la falta de lluvias ha situado a algunos sistemas, como el Órbigo en el caso de la provincia de León, en situación de sequía prolongada.

Esta escasez de precipitaciones, tanto en forma líquida como en forma de nieve, ha provocado que, desde el inicio del año hidrológico (1 de octubre de 2021) hasta la fecha, las aportaciones de entrada a los embalses gestionados por la CHD en la totalidad de la cuenca hayan sido tan solo del 52% del valor correspondiente a la media de los últimos 25 años. Los embalses de la cuenca gestionados por la CHD cuentan hoy con una reserva de agua embalsada de 2.048 hectómetros cúbicos, lo que representa un 71% de su capacidad total. Este registro supone casi 6 puntos porcentuales menos que la media de la última década y 13 por debajo de la reserva hidráulica de hace un año.

La situación actual es irregular según sistemas de explotación dentro de la cuenca del Duero y también dentro de la propia provincia. Todos están por debajo de los valores medios de reservas, salvo el embalse de Barrios de Luna, del que depende el sistema Órbigo, en territorio leonés. Dada la merma de agua en esta reserva, los agricultores contarán con una asignación máxima para su riego de 4.800 metros cúbicos por hectárea, lo que supone un 20% menos de la dotación de agua con la que contaron el año pasado. La peor situación se encuentra en el sistema Tuerto, donde las reservas en Villameca no llegan al 55% y donde los regantes tendrán una dotación de 2.500 metros cúbicos por hectárea, un 44,4% menos que en 2021 cuando tuvieron 4.500.

Las reservas de agua en León


Según los últimos datos actualizados por la CHD en cuanto al agua embalsada en León, las reservas de agua de la provincia han seguido ganando volumen almacenado en la última semana. Riaño se encuentra al 84,8% de su capacidad con 551,9 hectómetros cúbicos embalsados, el Porma está al 83,7% con 265,3, Barrios de Luna está al 74% con 228 y Villameca, al 54,7% con 10,9.
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