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Resentidos de sus siglas

16/02/2015
 Actualizado a 10/09/2019
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Dice un concejal socialista, con experiencia en la política y capacidad de trabajo sobradas para que un lugar de León, con un electorado convencido de ser de derechas y donde el PP siempre gana por mayoría abrumadora todas las elecciones excepto las municipales –porque se apoya a las personas y no a las siglas ni a un programa parecido al resto– que «los peores enemigos del partido siempre están dentro de casa». Si nunca lo había oído, créaselo.

Me declaro fan incondicional de esa máxima desde que un día, hace ya unos cuantos años, este político de pueblo pero con bastante más talante y talento del que se estila en Ferraz la usó para asegurarme con rotundidad que cuando uno está en política debe cuidarse del que tiene enfrente pero también de los que están al lado. O detrás, ‘ayudando’, como dicen esos hombres y mujeres de partido que nunca dan la cara pero siempre están ahí… incordiando.

No le hice mucho caso hasta que puse nombres y apellidos sin salir de León, donde la lista de resentidos que de la noche a la mañana cambian de siglas es tan larga y colorida que no sorprenden las familias que cada cuatro años le preguntan al pariente a ver esta vez a quién hay que votar. Hacer leña del árbol caído es fácil y decir que el PSOE está descuartizado aquí y allí no es nada nuevo, pero los desertores que piensan que haciendo nuevas siglas van a cambiar el mundo (y a su partido) están apañados.
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