Rescatados los doce niños y el entrenador atrapados en una cueva de Tailandia

Todo comenzó hace semanas, cuando los chicos, acompañados por su entrenador, se internaron durante una excursión en una cueva de estalactitas y estalagmitas

ABC.es
10/07/2018
 Actualizado a 16/09/2019
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Los doce niños atrapados en una cueva de Tailandia junto a su entrenador de fútbol han logrado ser rescatados este martes. La operación de rescate, que comenzó el domingo, se ha prolongado durante varios días y ha terminado hoy.

Todo comenzó hace semanas, cuando los chicos, acompañados por su entrenador, se internaron durante una excursión en una cueva de estalactitas y estalagmitas, la cueva de Tham Luang, situada al norte de Tailandia. Las lluvias —el país asiático atraviesa ahora los meses del monzón—, que irrumpieron durante su travesía, inundaron las galerías y les dejaron atrapados. Cuando finalmente se dio con ellos, a cuatro kilómetros de la entrada, se barajaron varias posibilidades para su rescate, una operación que se reveló muy difícil. Que aprendieran buceo en aguas oscuras —uno de los más duros y el más agobiante, el que requiere una técnica más pulida— no parecía muy plausible; los chicos, además, se sentían débiles, tras días sin comer ni ver la luz.

Los sifones, las cavidades anegadas de agua, estrechas, en las que el buceo se convierte en una misión casi imposible, se convirtieron en el principal obstáculo para lleva a cabo el rescate. Cuando hace cuatro días uno de los buzos que participaba en el salvamento murió, se encendieron todas las alarmas sobre los peligros que acechaban a los jóvenes. Algunos de ellos fueron descritos por David Quinzaños, cabo primero de la Guardia Civil de la Unidad de Actividades Subacuáticas, a ABC. Para el rescate, explicó a este diario, dos buzos suelen acompañar a cada niño, que lleva un «latiguillo largo conectado a una máscara de presión positiva que se le pone en la cara, y con la que respira con total normalidad». Lo más peligroso, añadió, es lograr que los menores no pierdan la calma, ya que un ataque de pánico puede resultar fatal.

A pesar de la angustiosa situación de los jóvenes, que ha acaparado la atención internacional e incluso suscitado reacciones de varios mandatarios —con mensajes en Twitter del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, o del español Pedro Sánchez—, los chicos lograron hacer llegar al exterior una carta. Quizá fue el momento de mayor respiro en medio de esos días duros, de temor por la suerte de los pequeños. En su misiva, los chicos, que escribían con candor, esperanzados, afirmaban: «Mamá, papá, no os preocupéis por mí. Los Navy Seals se están preparando para llevarnos a comer pollo frito. Os quiero».

Finalmente, los trece chicos han logrado ser rescatados. Falta por confirmar el estado de salud de los cinco que han salido hoy. Se sabe que los once restantes se recuperan en el hospital.
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