Releer el futuro

Si el periódico del día es una fotografía que encuadra la realidad el columnismo suma a esa instantánea la predicción fundamentada de lo que viviremos mañana leída en los flecos de las noticias. El articulista es una especie de pitoniso que intenta adivinar en los posos del conocimiento y la experiencia cómo el futuro es capaz de explicarse desde el presente. Decía Umbral que «el español medio compra el periódico para tener ideas. Por veinte duros se hace uno socialdemócrata, demoliberal, liberal de izquierdas o rojo de derechas». Y para los que nunca seremos Umbral tal afirmación supone un escalofrío tenebroso. Somos demasiados los que escribimos para entendernos a nosotros mismos más que para entender al resto.

Una labor de alto riesgo que se compensa con el rodillo inmisericorde del día siguiente. El periódico de mañana provoca el milagro de hacer olvidar el de ayer, casi siempre. Uno es la última columna que ha escrito, lo que también es un fastidio cuando se tiene floja la prosa y la mancia. Por eso reluce la valentía de Fernando Savater en su nuevo libro ‘Solo integral’. Únicamente una mente clarividente aguanta el ejercicio cruel de someter sus columnas al veredicto del tiempo. Las recopila y las añade una coda de actualidad que reafirma o corrige aquellos párrafos de diario. La virtud se encuentra en no salir malparado. Savater nos explicó el sanchismo antes que Sánchez, lo quebradizo del populismo oportunista de Podemos, el empoderamiento del engaño independentista y cómo una ETA derrotada podría seguir humillando a las víctimas.

Ay de mí si sometieran a tal examen a mis columnas de hace dos años y medio, cuando nos caíamos en otra campaña electoral. Cuando creía que Ciudadanos era la bisagra del cambio prometido, Tudanca un candidato responsable y centrado a la izquierda que merecía una oportunidad, y Mañueco un líder imposible a la sombra de la sensatezmasticable de Herrera. Todo lo que el futuro hizo pedazos.