De este modo, desde la institución provincial se enviarán cartas y un vídeo de dos minutos a todos los ayuntamientos y juntas vecinales de territorio leonés para que conozcan los beneficios del programa. La campaña cuenta con el respaldo de las entidades sociales Accem, Cruz Roja, San Juan de Dios, Diaconía y Cáritas, las cuales trabajan con población refugiada en la provincia y se encargarían de ponerla en contacto con los municipios y localidades interesadas.
La diputada de Derechos Sociales, Carolina López, ha explicado que se podrían utilizar casas de las escuelas o parroquiales en desuso para acoger a estas personas solicitantes de protección internacional que llegan a los pueblos. "Lo vemos como una oportunidad para ellos, pero también para nosotros. La Diputación lo que hace es de hilo conductor entre los ayuntamientos y pedanías con las asociaciones", ha apuntado la representante de la institución provincial.
En este sentido, Carolina López ha asegurado que actualmente tienen activas "cinco o seis" experiencias de este tipo que, en algunos casos, han servido para mantener abierto el centro educativo de los pueblos receptores. De este modo, la diputada provincial ha animado al medio rural a ocupar su gran porcentaje de viviendas vacías con población refugiada.
Atención a cerca de 1.000 personas
Por su parte, Lorena Alonso se ha dirigido a los medios de comunicación en la presentación de 'Nuevo comienzo', como portavoz de Diaconía y en representación de las cinco entidades sociales involucradas, para explicar que trabajan con equipos multidisciplinares que aportan atención educativa, psicológica y laboral a los refugiados. Entre Accem, Cruz Roja, San Juan de Dios y Diaconía atendieron en 2020 a 715 personas solicitantes de protección internacional, a las que habría que sumar las 219 con las que trabajaron desde Cáritas.
Las entidades sociales aseguran que las experiencias puestas en práctica hasta la fecha han sido "satisfactorias" y que estas personas refugiadas están encontrando oportunidades en actividades forestales y de pastoreo, así como en la atención a domicilio. "Estas personas traen vida y oportunidades a una provincia que pierde población", ha valorado Lorena Alonso.
A modo de ejemplo, las entidades sociales han relatado experiencias llevadas a cabo en Las Grañeras, Chozas de Abajo o Cimanes del Tejar con familias colombianas, peruanas o venezolanas. Del mismo modo, aseguran que en algunos de estos casos el acoger población refugiada ha servido para mantener abiertas las escuelas del pueblo.