La Universidad de León (ULE) quiere garantizar el adecuado desarrollo de la evaluación final del curso y que la imposibilidad de realizar las pruebas de modo presencial influya lo menos posible. Por ello, maneja un protocolo conjunto con el resto de universidades públicas de Castilla y León en el que se establecen una serie de recomendaciones para orientar a los profesores. En este semestre, en la ULE se evaluarán unas 1.500 asignaturas y los docentes universitarios se están familiarizando con distintas opciones que 'Moodle', 'Google' y 'Office' ofrecen para los exámenes online.
Según informan desde el Vicerrectorado de Actividad Académica de la ULE a este periódico, "la mayoría" de los profesores están optando por pruebas síncronas, examinando a la mayor parte de los alumnos a la vez, y por el uso de 'Moodle'. En la guía de recomendaciones se pide explicar a los alumnos "lo antes posible" los criterios de evaluación y "en la medida de lo posible" evaluar de forma continuación.
De esta manera, cuando el examen aporte más de un 40 por ciento de la calificación final se deberá garantizar el máximo nivel de identificación. Para ello se puede recurrir a sistemas de control biométrico e identificación facial que, sin embargo, "no son la primera opción". "El sistema 'E-Proctoring' está contemplado para las titulaciones de formación online pero no para el resto. Nos han recomendado que no se utilice", explica la vicerrectora Alicia Rodríguez Pérez.
Las formas de identificación irían, por tanto, desde el simple usuario y contraseña de acceso a la plataforma hasta exámenes por videoconferencia en los que el alumno deberá mostrar el DNI a la cámara. El reconocimiento biométrico quedaría reservado "para asignaturas complejas con un gran número de estudiantes" y el alumno debe firmar un consentimiento firmado y la Universidad cumplir con la legislación en materia de protección de datos.
Reorganizando el calendario
La ULE está realizando una reorganización del calendario de exámenes para evitar una "concentración excesiva" que pudiera ocasionar un colapso de la red. Según el Vicerrectorado de Actividad Académica, el sistema soporta hasta cerca de un millar de alumnos conectados de forma simultánea.
El objetivo es minimizar los contratiempos tecnológicos que puedan surgir, para los cuales se pide a los docentes "flexibilidad". "El Rectorado ha recomendado cierta flexibilidad dentro de un orden y una racionalidad. El profesor debe comprender las circunstancias en las que el alumno realiza el examen y los posibles problemas de conexión", apunta Alicia Rodríguez Pérez.
Paralelamente se encuentra el objetivo de combatir el fraude, "que siempre ha existido" pero que está encontrando nuevas fórmulas con las pruebas telemáticas. Según explica la vicerrectora de Actividad Académica, "las nuevas tecnologías ya habían facilitado copiar en los exámenes presenciales". "El profesorado, que está haciendo un grandísimo trabajo, debe ser racional para saber cómo diseñar sus pruebas y cómo controlarlas. Por el momento, los resultados de las pruebas online que nos comentan son similares a los que había antes de esta situación", asegura.