"No se ha visto agraciado ni siquiera el entorno del pantano con ninguna inversión", afea, algo que reivindica "lo echamos de menos y creo que Junta, Ayuntamiento o Gobierno central, porque no podemos olvidar que la presa es estatal y sigue dando riqueza, pueden hacer algo". Considera que esta es la obra "más importante que se ha hecho en todo el Bierzo" y eso se debe poner en valor, pide.
Su libro pretende que "queden inmortalizados esos momentos históricos, los vecinos y también los momentos duros en el pueblo nuevo", en el que era inédito todo lo que sucedía y estaba sometido "a una disciplina de régimen que en aquellos momentos se imponía", recuerda "eso hacía que los vecinos tuvieran mucha incertidumbre sobre si las casas en los que los metían iban a ser algún día de ellos. No había contrato". De hecho, asegura que la mitad de los vecinos que llegaron en el año 58 se fueron al año siguiente "por la incertidumbre", dice.
Hasta ahora, el único recuerdo que se ha pedido y por el que se sigue luchando, es el que promueve la Asociación de Romeros del Pantano de Bárcena, que ahora está enfrascado en la construcción de una capilla a los pies del pantano desde la que se recuerden los nombres de todos los vecinos que tuvieron que dejar sus casas. El autor del libro considera que hay muchas ideas para testimoniar ese agradecimiento y esta es una más, a la que le brinda respeto, dice.
Una historia que se va perdiendo
Cuatro años de trabajo están detrás de esta nueva publicación que ahora sale a la luz recorriendo las seis décadas que quedaron detrás y que los vecinos nunca olvidaron. Una historia que reconoce que no debe perderse "porque muchos no la conocen". Es la historia de un sacrificio "que dio lugar a una vida nueva, un nuevo pueblo y todo desconocido". A él le llegó ese "empezar de cero" cuando tenía 7 años "me tocó vivir esa transición de un pueblo a otro. Salimos de allí como se pudo y encarrilamos la vida en un pueblo cercano, de niño".Es el relato en primera persona de ese paso, dejando atrás sus raíces, algo que reconoce que le ha marcado "la gente sabía que se estaba haciendo una presa, pero parecía que el día del abandono nunca se iba a producir", recuerda. hasta última hora, los vecinos no creyeron que tendrían que irse "los tuvieron que sacar casi a la fuerza", apunta "son momentos que se producen históricamente y nos tocó vivirlo".
Ahora, 60 años después, lo que ve en el pantano es "nostalgia". Él lo visita asiduamente "esperando que el agua baje algún día para poder volver a ver la iglesia y las casas del pueblo". Siempre ha guardado un sentimiento grande hacia su pueblo y la intención de que aquello no se olvide "que se conozca, porque fueron dos pueblos sacrificados por el bienestar de todo el Bierzo y de España, porque se generaba una industria en base al agua para sacar energía para toda España". Pide que "se recuerde con cariño" y se sepa que allí hubo dos pueblos.
En cuanto a la solución que se dio a los vecinos, un nuevo pueblo considera que se podía haber mejorado. 'Un pueblo nuevo', publicado por el Instituto de Estudios Bercianos, habla de ello en el 60 aniversario de la creación del pueblo de Bárcena del Bierzo, el que se creó sobre las aguas que dejaban debajo a sus dos hermanas, Posada y Bárcena del Río. "Todo eso lleva unos sentimientos y una historia que Gerardo ha investigado y que presenta en su libro", reconoce la portavoz del IEB, Mariola Estrada.
La presentación del libro estuvo acompañada por una exposición fotográfica en la Casa de la Cultura que permanecerá abierta hasta finales de septiembre y que después se podrá ver en la sede del IEB. También se proyectó un vídeo sobre la construcción de la presa de Bárcena en los años 40 y 50 y contó con la participación del locutor berciano, Luis del Olmo.