Reciclar palabras muertas

‘1914-2014, Marta PCampos’ es un proyecto expositivo organizado por el Musac y presentado este martes en la Caja de las Letras del Instituto Cervantes, donde permanecerá abierto al público hasta el 29 de septiembre, que invita a participar y a recuperar vocablos desaparecidos del diccionario

L.N.C.
04/06/2019
 Actualizado a 16/09/2019
Luis García Montero durante la presentación de la exposición en la Caja de las Letras del Instituto Cervantes. | AUGUSTO ALMOGUERA
Luis García Montero durante la presentación de la exposición en la Caja de las Letras del Instituto Cervantes. | AUGUSTO ALMOGUERA
El Instituto Cervantes inauguró este martes en su sede ‘1914-2014. Marta PCampos’, un proyecto expositivo que recopila las casi 2.800 palabras que en 1914 tenían su propia entrada en el diccionario, pero que, un siglo después, habían desaparecido. Con esta propuesta, la artista multidisciplinar visualiza lo obsoleto, lo que sobra en nuestra lengua, e invita a descubrir y reciclar palabras muertas.

Marta PCampos (Zaragoza, 1990) plantea una reflexión sobre las palabras para así recuperar, aunque sea de manera efímera, aquellas que han sido borradas del Diccionario de la Real Academia Española (hoy, Diccionario de la Lengua Española, DLE) en un periodo de cien años.

Entre las palabras jubiladas se encuentran «cuñadez» (algo «increíble» para PCampos, cuando tanto se habla del «cuñadismo») «cocadriz» (femenino de cocodrilo que no prosperó), «camasquince» (entrometido), «durindaina» (justicia) o «bajotraer» (abatimiento, humillación). Muchas desaparecieron por falta de uso, a veces debido a cambios sociales o fin de determinados oficios; otras perdieron su grafía original aunque perviven con la nueva.Para el director del Instituto Cervantes, todo ello demuestra que «la lengua está viva, está pegada a la piel de la sociedad». Luis García Montero cree que si es habitual polemizar sobre qué términos llegan al diccionario, también debemos meditar sobre las palabras que desaparecen. Este «trabajo inestimable» será muy útil para esta reflexión, dijo.El Cervantes, organismo que promociona en todo el mundo la lengua española, acoge este innovador proyecto en un rincón muy especial de su sede central en Madrid: la Caja de las Letras, que habitualmente está cerrada al público. La antigua cámara acorazada atesora legados de más de cuarenta personalidades de la cultura –sobre todo, la literatura– en español.El Instituto abre así el programa de exposiciones que irán configurando el futuro Museo de la Palabra. Es, explicó, García Montero, «la primera actuación en el camino de convertir esta sede en el banco de las palabras».Coorganizada con el Musac, donde se presentó en 2018 a partir de la Convocatoria Laboratorio 987, este martes se inauguró en un acto en el que hablaron el director de Cultura del Cervantes, Martín López-Vega; el director del Musac, Manuel Olveira, y la artista zaragozana. Marta PCampos ofreció con Giusseppe Domínguez una performance titulada ‘Presentacción (1914-2014)’, en la que plasmó la pérdida de la voz y el silencio de las palabras olvidadas.Tres ejes de trabajo‘1914-2014’, abierto a la visita y la participación del público hasta el 29 de septiembre, consta de tres ejes de trabajo: un libro de artista, un foro en internet y un programa de tres talleres.1- El libro de artista, titulado ‘1914-2014: diccionario cementerio del español’, reúne en dos tomos las 2.793 palabras, sin definiciones, que han sido descartadas del diccionario. Los dos gruesos volúmenes cerrados transmiten la idea de la gran cantidad de entradas eliminadas, sin que el visitante necesite abrirlos ni saber cuáles son esas palabras concretamente. Ha sido coeditado por el Musac y la editorial Entrascuas.Además, se han colocado en la Caja de las Letras 24 láminas con palabras en desuso, un escritorio y nueve ficheros. Cada lámina deja ver las letras iniciales y finales de numerosas palabras superpuestas, representa una letra del abecedario y contiene todos los vocablos que se han eliminado de esa letra. Hay tres huecos entre las imágenes, que corresponden a las tres letras que aún conservan todas sus palabras: la K, la Ñ y la W.

El escritorio y los nueve ficheros invitan al visitante a sugerir nuevas definiciones de las voces olvidadas, plasmar sus opiniones o escribir comentarios e impresiones en alguna de las 2.000 fichas de papel disponibles. Propicia además la divulgación del foro de debate.

2- Un foro para reciclar palabras muertas. El foro en línea http://19142014.es/foro/ quiere recuperar las palabras desaparecidas y experimentar con ellas. Permite descubrir el significado de todas las voces, ordenadas alfabéticamente, desaparecidas del diccionario en esos cien años. Se invita a comentar si están realmente muertas, así como a valorar futuros usos que puedan sugerir estos signos sin significado.

Los visitantes pueden participar in situ a través de un ordenador colocado en la antesala de Caja de las Letras, si bien todos los interesados pueden también acceder a través de un dispositivo móvil a este espacio online en que ha colaborado el artista y programador profesional Martín Nadal.

3- El proyecto se completa con un programa de tres talleres para públicos diversos. El primero, ‘Visibilización y reciclaje de palabras muertas’, se celebrará en julio con hasta 30 estudiantes de español.

En septiembre tendrán lugar los otros dos talleres: uno denominado ‘La palabra... no está en el diccionario’, en el que una veintena de niños de 5 a 12 años compartirán aprendizaje sobre la vida de las palabras; y otro que estará dedicado a la participación en familia.

La idea para esta exposición surge con el auge de las ‘data visualisation’ o visualizaciones de información, en la mayor parte de las cuales encontramos datos que se están creando continuamente de forma activa. En oposición a ello, aquí se muestra información que se ha creado de forma pasiva, es decir, las voces de nuestro idioma que han sido retiradas del diccionario en un siglo, sobre las que se anima a reflexionar y dialogar.
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