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Recetar naturaleza

14/12/2020
 Actualizado a 14/12/2020
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Me contaba este fin de semana un amigo médico que los facultativos de cabecera escoceses han comenzado a recetar naturaleza para tratar enfermedades crónicas en algunos de sus pacientes. Caminar por la playa o por el monte, la ornitología, la botánica o simplemente salir fuera de casa a airearse forman parte de este planteamiento de ‘recetas naturales’ para quienes sufren enfermedades mentales, diabetes, patologías cardíacas, estrés y otras afecciones que sí, que necesitan medicamentos pero buena parte de la solución a sus problemas no llega precisamente de un laboratorio.

Ahora que todos los días se está hablando de vacunas y parece que medio mundo es epidemiólogo a cuenta de la pandemia no le cuento ningún secreto si le recuerdo que ni para los laboratorios ni para el resto de la industria farmacéutica que hay alrededor de este negocio una persona sana no es rentable. Por eso resulta complicado ir al médico y no salir de la consulta con un papel para dirigirse a la botica más cercana, comprar una caja o dos de lo que sea y tomarlo, como tampoco es raro ver por la calle o en torno a estos establecimientos a unos cuantos pensionistas con una bolsa de medicamentos que abulta como si vinieran del supermercado con la compra semanal.

No critico ni la medicina ni la farmacia, no malinterprete mis palabras. Que quede claro todo lo que debemos a la sanidad, a la química y a la investigación. Pero es precisamente la investigación la que ha demostrado mediante numerosos estudios que existen muchos beneficios físicos y mentales en el simple hecho de conectarse con la naturaleza, salir a caminar al monte, junto al río o a la playa y entre otras cosas olvidarse por un rato de ese dolor de cabeza producido por el aburrimiento.

Aunque no uso bata ni le hablo desde una consulta, ya le he dicho en alguna otra ocasión que una buena receta es apagar la televisión y salir por ahí a ver mundo –aunque a veces ese mundo esté a medio kilómetro de casa– y hoy le apunto que tal vez cambiar alguna pastilla por una dosis de naturaleza podría ser una buena idea. Pero usted es libre.

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