09/10/2015
 Actualizado a 14/09/2019
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George Orwell escribió ‘Rebelión en la granja’ durante la II Guerra Mundial, aunque llegó al público inglés en los años 50. Este hombre, marxista, fue voluntario en la guerra incivil española. Luchó en las brigadas del POUM (Partido Obrero de Unificación Marxista), partido que sufrió la persecución despiadada de los comunistas estalinistas. Su comité ejecutivo fue encarcelado y su secretario general, Andrés Nin, fue secuestrado, torturado y asesinado con el beneplácito del presidente del gobierno de la República, Juan Negrín, por miembros del Partido Comunista a las órdenes de Orlov, uno de los delegados del dictador soviético. Para más inri, las torturas tuvieron lugar en el chalet de Hidalgo de Cisneros, as de la aviación republicana con fuertes vínculos con el partido comunista y con el presidente.

En ‘Rebelión en la granja’, Orwell cuenta como los animales de una granja inglesa, se sublevan contra el propietario porque están hartos de ser explotados. Logran vencer y hacen huir al antiguo dueño cuya vida trascurrirá en las tabernas de los pueblos vecinos. Los instigadores de la lucha fueron los cerdos, los animales más inteligentes y preparados junto con el burro. El líder era el Cerdo Mayor, que muere repentinamente y se establece una lucha entre Napoleón y Snowball, sus dos discípulos. Vence Napoleón, con la ayuda de los perros y el silencio de los demás. Hace marchar a Snowball y le persigue hasta matarlo con la excusa que se había unido al señor Jones, el antiguo dueño. El Cerdo Mayor era Lenin, Napoleón, Stalin y Snowball, Troski.

El eslogan principal de la revolución era «cuatro patas si, dos patas no». Otros, por ejemplo, no comer en platos o no dormir en camas. Los cerdos, con el tiempo, andaban sobre dos patas, comían en platos y dormían en camas, porque su trabajo intelectual lo requería. Los perros acallaban con la muerte a aquellos que se atrevían a disentir del discurso del líder y este, en las asambleas, que al final se suprimieron, se valía de las ovejas y de las gallinas, (los animales más estúpidos de la granja), para aprobar todas sus propuestas. Orwell había vivido en sus carnes el ansia de poder totalitario de los estalinistas; marchó de España, de milagro, después de los sucesos de Mayo del 37, cuando el partido comunistas y Esquerra iniciaron una pequeña guerra civil dentro de la grande y se hicieron con el poder en Barcelona expulsando a la CNT y al POUM, disolviendo sus brigadas. Murieron muchos anarquista y muchos miembros del POUM. Los estalinistas decían que no era el momento de la revolución, (para ellos nunca lo es) y los demás ansiaban la revolución porque, decían, era el único instrumento real para vencer a los fascistas. Todos sabéis como acabó la cosa... ¿Qué porqué os cuento esta película? Dentro de tres meses habrá elecciones generales. Entiendo que la mayoría del pueblo quiere largar a Rajoy. Ya veréis como los «los nietos de los que perdieron la guerra», (ellos se llaman así), la prepararán, lo harán todo al revés, confundiendo el culo con las témporas y todo seguirá igual. Al fin y al cabo son estalinistas. Salud y anarquía.
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