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Reajustar todo

05/07/2021
 Actualizado a 05/07/2021
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Puede que se levanten las murias que hoy flanquean caminos con tanta o más vegetación que los pastos que atraviesan, a pesar de los vestigios de ese piso de cantos que evitó durante siglos que los rebaños se hundieran hasta la taba. Quizás vuelvan a pasar por ellos caballos, vacas, cabras y ovejas y posibiliten que cumplan la función para la que fueron concebidos al poco de que el Ser Humano se pusiera de pie. Tal vez sea necesario que hasta reajustar todo las vacas tengan que andar cargadas de chiribitos colgados en collares para saber quiénes son, dónde están y puede que en unos meses qué han comido, cuántos pasos han dado y con quién han estado.

El proyecto Gelob investiga dispositivos para acoplar a los collares del ganado que espanten al lobo con destellos o sonidos, incluso captar imágenes, la pobre rumiante devenida en faro, en altavoz, en patrulla, en discoteca móvil. Una vuelta de tuerca más a la mecanización, hace ya tiempo devenida en electrificación, más o menos desde que zagales de alambre disuaden a los animales con corriente alterna de 10.000 voltios. Ni los gatos escapan al aburguesamiento, liberados de la desratización, fiada su supervivencia al cacharrito que cada tarde suelta 200 gramos de supuesto buey pelletizado.

Ni el ganado humano libramos. El sábado en el Hípico, mientras Luis Piedrahita rememoraba el mueble bar y los carritos botelleros de los setenta los presentes teníamos que encargar las cañas a través de una app. Vamos, que si te quedas sin bateria no bebes, salvo que alguien las encargue por ti desde su móvil y tú le sueltes el efectivo. Claro, que ese alguien igual también está en su derecho de exigirte una comisión y, en resumen, puede que estemos abriendo la puerta a un nuevo sistema de blanqueo de capitales, de momento, a pequeña escala.

Puede que se levanten las murias, pero primero hay que reajustar todo.
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