Ratifican dos años de cárcel para el hombre que abusó de una menor en un huerto

La niña tenía 13 años y fue a la parcela del condenado para coger hierba para su conejo, momento en el que le practicó tocamientos

L.N.C.
25/03/2021
 Actualizado a 25/03/2021
La Sala de lo Civil y Penal del Tribunal Superior de Justicia de Castilla y León ha desestimado el recurso de apelación presentado por un hombre al que la Sección Tercera de la Audiencia Provincial de León condenó por abuso sexual a una menor de 13 años y confirma la pena impuesta de dos años de prisión y tres de libertad vigilada.

Al sujeto, que contaba con antecedentes penales no computables a efectos de reincidencia, se le aplica la circunstancia agravante de abuso de confianza y la atenuante simple de dilaciones indebidas y también se le inhabilita para el ejercicio de sufragio pasivo durante el tiempo de la condena y se le prohíbe aproximarse a menos de 200 metros de la víctima durante tres años, Además, deberá indemnizarlas con 2.000 euros y se le impone el pago de las costas procesales causadas, incluidas las de la acusación particular. El dictamen judicial puede ser recurrido ante el Tribunal Supremo. La sentencia emitida en su día consideró la existencia de datos suficientes para reforzar la credibilidad de lo relatado por la menor en un relato que reconocía «dotado de la coherencia, precisión y contundencia necesaria para tenerlo por creíble».

También reseñaba que la versión de los hechos proporcionada por el acusado, que reconoció que la niña fue a un huerto de su propiedad, pero que no hubo tocamientos, sino que solo la agarró por el brazo (aunque en la instrucción sí había admitido que le dio un abrazo y un beso, pero porque se llevaban bien), no sirve para cuestionar la veracidad del relato de la menor.

Cabe destacar que la familia de la niña mantenía una buena relación con el agresor, que en agosto de 2016 cometió el abuso cuando ella fue a su huerto a recoger hierba para alimentar un conejo que le había tocado en una feria y él, con la excusa de que se acercara a un árbol a recoger peras, practicó tocamientos y le dijo que no se lo contara a nadie y que no lo haría más.
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