Rascar y sonar, todo es bienestar

La investigación de una estudiante de Veterinaria muestra que el enriquecimiento ambiental mejora la producción en granjas

C. Centeno
21/06/2021
 Actualizado a 21/06/2021
Jennifer Rey colocando uno de los ‘juguetes’ que diseñó para su TFG de Veterinaria en una granja de cabras. | L.N.C.
Jennifer Rey colocando uno de los ‘juguetes’ que diseñó para su TFG de Veterinaria en una granja de cabras. | L.N.C.
Mejorar el bienestar de los animales en explotaciones en régimen intensivo introduciendo elementos en las granjas que se asemejen a lo que pueden encontrarse en la naturaleza. Ese era el objetivo del trabajo de fin de grado de Jennifer Rey Miguélez, una estudiante de Veterinaria de la Universidad de León que ha diseñado el ‘Rascasón’, un prototipo reconocido en el concurso que cada año celebra la ULE a través del Fgulem.

La idea de crear este peculiar aparato surgió durante la realización de su TFG, que llevó por título ‘Estudio de la influencia del enriquecimiento ambiental en el comportamiento y bienestar animal del ganado caprino’. «El enriquecimiento ambiental se realiza a través de una especie de juguetes que se asemejan a cosas que hay en la naturaleza y sirve para que en las granjas como en la que trabajé, en la que las cabras están en intensivo, puedan seguir los comportamientos que tendrían en su medio natural», explica Jennifer Rey.

Para desarrollarlo llevó a cabo durante alrededor de tres meses un trabajo de campo en la granja lechera ‘Caprino del Esla’, situada en la localidad zamorana de Palacios del Pan. En el momento inicial diseñó cinco ‘juguetes’ diferentes con los que se analizó el comportamiento de los animales y cómo influían en su nivel de estrés. De ellos, los «más utilizados» por los animales fueron un rascador formado por un neumático y cepillos y un sonajero hecho con badajos. De la unión de ambos nació el ‘Rascasón’, un prototipo que ha sido reconocido por la Universidad, lo que supone «una recompensa a todo el trabajo realizado» tanto para ella como «para todas las personas que intentamos innovar en el sector primario».

Más bienestar, mayor producción


Durante su investigación, Jennifer Rey también pudo comprobar los efectos del enriquecimiento ambiental. «Los distintos tipos de enriquecimiento provocaron cambios positivos en los animales», asegura la estudiante, quien confirma que «las cabras eran más sociables». También mejoraron algunos indicadores hematológicos relacionados con el estrés y, a largo plazo, el estudio concluyó que el periodo de lactación de las cabras –días de producción de leche– fue mayor entre las que contaban con enriquecimiento ambiental, «un dato muy interesante para el ganadero», ya que supone un aumento de la producción.

Su estudio demuestra que «con la aplicación de un programa de enriquecimiento ambiental muy barato y fácil de instaurar, se pueden conseguir grandes efectos positivos en comportamientos normales de la especie y en la reducción del estrés y las estereotipias», asegura Jennifer Rey.

El ‘Rascasón’ diseñado por esta graduada en Veterinaria está compuesto por un neumático con cepillos que tiene en el centro un sonajero. Además, sirve para dar a las cabras una suplementación alimentaria, que se sitúa en el interior de la rueda. «Pueden rascarse, jugar haciendo ruido, subirse, comer...», explica Jennifer.

Por el momento y también por influencia de la pandemia, no ha contactado con nadie para patentarlo, aunque confiesa que la gustaría. Eso sí, «fue un orgullo» que el ‘Rascasón’ haya sido reconocido por la Universidad y que también haya tenido unos resultados favorables tanto para el ganadero como para el bienestar animal, que es el principal objetivo de este enriquecimiento ambiental. «De cara al futuro, las exigencias de la Unión Europea y también las reclamaciones de los consumidores van cada vez más hacia que se garantice que los animales estén bien cuidados y en un entorno semejante a su ambiente original»., reconoce Jennifer.
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