07/09/2019
 Actualizado a 18/09/2019
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Escribía hace años el gran Raúl de Pozo cómo algunos políticos del Partido Popular, de una región más próspera que la nuestra, gustaban de ir perfectamente vestidos, con buenos trajes y los cuellos de las camisas tan hacia atrás, que parecía que en cualquier momento podían salir volando.

El concejal ‘popular’, o mejor dicho populista, José Antonio de Santiago-Juárez López, vallisoletano, de apellidos largos (como diría otro conocido político sevillano), y beneficiario de esto que durante muchos años se ha llamado «servir al prójimo», ha querido volar como el bueno de Buzz Lightyear cuando vio la ventana abierta y se subió a la barandilla.

Buzz quería ir hasta el infinito y más allá, pero sus intenciones eran muy distintas a las del amortizado político.

Hay quien piensa que con esta declaración en la que pide la capitalidad de Castilla y León para Valladolid, busca hacer un guiño al alcalde socialista, Óscar Puente, y hay quién va más allá del infinito, diciendo que lo ha hecho porque busca minutos de gloria, ya que la herida de su partido aún no está cicatrizada. Ya saben ustedes aquello de que en los partidos políticos gusta más el fuego amigo que a un niño un caramelo.

Buzz Lightyear se dio cuenta de que era un juguete y que no podía volar, lo mismo que José Antonio de Santiago- Juárez, con sus nuevas explicaciones apelando al provincianismo rancio. Hace años no tuvo valor para decir esto mismo desde la atalaya de Junta. Ahora, lo que no tiene es ni arte ni combustible.

El provincianismo no es malo, todo lo contrario. Yo cada vez me siento más orgulloso de ser de provincias. En León, como en mi querida Salamanca, que yo sepa, no nos acostamos a las nueve, ni llevamos la pana en verano.

Para mi lo rancio es vivir de lo público más de media vida, y empezar a asumir que la muerte social es más dura que la simple muerte.

Sé un poco rancio José Antonio, disfruta de tus vacaciones en una ciudad con una buena playa, pasea con las manos hacia atrás, vete a tu sucursal bancaria a pedir bolígrafos o haz crucigramas en el periódico de un bar; cosas de jubilados de provincias, de los que con suerte tienen mil euros de pensión.

Y si no te gusta León, ni Salamanca, ni Palencia o Zamora… esa España vacía y despoblada que llora estos días que se acaba el verano, no pasa nada, pero deja ya de joder, que pareces Lotso.
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