Racing de Ferrol 2 - 1 Ponferradina: 'Suicidio berciano, resurrección gallega'

La Deportiva volvió a pagar cara la apuesta de Terrazas y vio como el Racing de Ferrol, tras catorce jornadas sin ganar, remontó con la complicidad de un Mandaluniz muy inseguro

A. Cardenal
14/01/2018
 Actualizado a 14/09/2019
Imagen del partido entre Racing de Ferrol y Ponferradina. | DANIEL ALEXANDRE (DIARIO DE FERROL)
Imagen del partido entre Racing de Ferrol y Ponferradina. | DANIEL ALEXANDRE (DIARIO DE FERROL)
Si el hombre es el único animal que tropieza dos veces en la misma piedra, la Deportiva es el equipo más humano de toda la Segunda División B. La propuesta de Carlos Terrazas, que lleva la presión al extremo y busca robar en campo rival, convierte el fútbol en una ruleta rusa que le está quitando mucho más de lo que le ha dado esta temporada.

Una semana después de que el conjunto berciano regalase tres puntos al Sanse, incapaz de serenar un partido que se le había puesto muy de cara; en A Malata, tras ponerse por delante en el marcador cuando todavía no habían pasado cinco minutos de encuentro ante un Racing de Ferrol que llevaba catorce jornadas sin ganar, volvió a pagar caro los efectos secundarios de un sistema que semana tras semana machaca a una zaga incapaz de abarcar los espacios que regala a su espalda.

Como si de un ‘déjà vú’ se tratase, el equipo gallego remontó el partido gracias a los deméritos de los visitantes, a los que tampoco les sonrió la suerte. Y es que después de que Yuri acariciase el segundo, los locales pusieron las tablas con un disparo que solo fue letal tras un rebote.

A partir de ahí, el caos. El partido se convirtió en un ida y vuelta donde el Racing de Ferrol se manejó mucho mejor que la Deportiva y Mandaluniz, que en su segundo partido tampoco estuvo fino.

Si lo estuvo Mackay, que mantuvo a los suyos en el partido durante los mejores minutos de la Ponferradina y le tocó ser el ‘villano’ de un equipo que siempre le recordará como uno de los grandes artífices de aquel ascenso que se consumó desde los once metros.

Así, con exhibición en la portería rival y fallos en la propia, la Deportiva cosechó su segunda derrota consecutiva y tira por tierra todo lo que había conseguido en la recta final de año, asomándose de nuevo a una zona de descenso que se queda a solo dos puntos de distancia.


Inicio prometedor


En un partido entre un equipo deprimido (Racing de Ferrol) y otro que amenazaba con volver a las andadas (Deportiva), saber gestionar el miedo a perder y no arrugarse era el primer paso hacia los tres puntos.
El comienzo no pudo ser mejor. El conjunto berciano salió con la ambición y la intensidad que mostró en el primer acto ante el Sanse y forzó desde el principio los errores de un Racing de Ferrol que en su intento de salir jugando también asumió riesgos.

El gol no se hizo esperar. Un robo temprano de la Deportiva acababa en un córner que Menudo ponía en esa zona crítica en la que defensa y portero tienen todas las de perder, Álvaro Moreno la peinaba en el primer palo y Yuri, cuyo sexto sentido para moverse en el área sigue siendo la mejor arma del conjunto berciano, aparecía en el segundo para poner por delante a los de Carlos Terrazas.

El tempranero tanto del ‘pichichi’ brasileño –ha marcado en las tres últimas jornadas– ponía el mejor de los escenarios posibles en A Malata, pero como ante el Sanse, la alegría fue efímera. Apenas unos instantes después de que Yuri rozase el segundo con una rosca desde el pico del área que se estrelló en el palo, Fran Sota conectaba una volea desde la frontal que se envenenaba tras rozar en Álvaro Moreno y despistaba a Mandaluniz.

Tras la tempestad no llegó la calma. Los goles dieron paso a un ida y vuelta, sin centro del campo y el balón volando de un área a otra sin tiempo para respirar.

Con este panorama, el protagonismo fue de los porteros. Mandaluniz sacaba una buena mano a un disparo que buscaba la cepa del poste izquierdo del guardameta vasco y Mackay respondía con dos intervenciones consecutivas que evitaban que su ex equipo se fuera al descanso con una ventaja casi definitiva.

El que fuera héroe de aquella agónica tanda de penaltis ante el Sant Andreu fue una pesadilla para los blanquiazules. El primero en encontrarse con el coruñés era Menudo, que veía como el cancerbero volaba para palmear una falta casi perfecta. Después, un remate picado de Andy tras un saque de esquina volvía a encontrarse con el guardameta verdiblanco, que en dos tiempos volvía a salvar a los suyos.


Error de Mandaluniz


El paso por vestuarios no varió el guión. Gallegos y bercianos seguían estando más cómodos en el campo rival que en el propio y la segunda mitad empezaba con una nueva aparición de Mackay, despejando un buen disparo de Isi desde la frontal.

No hubo réplica de Mandaluniz. Si su debut ante el Sanse estuvo marcado por su error en el segundo tanto madrileño, ayer volvió a sembrar dudas. Muchas. Un mal despeje suyo dejó el gol en bandeja a Maceira y poco después Álvaro Moreno evitó que el Racing de Ferrol castigase otra mala salida del guardameta blanquiazul.

Si la propuesta desde el banquillo ya es suicida con el marcador a favor, con el resultado en contra fue un ‘harakiri’ y el tercero estuvo mucho más cerca que el empate.

Yac salvó el que hubiera sido el doblete de Maceira, pero no hubo milagro en la recta final y el Racing de Ferrol vuelve a dejar muy claro que pese al empeño de Terrazas, el objetivo para la Ponferradina es la permanencia.
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