jose-luis-gavilanes-web.jpg

Quimera del ser o no ser

13/09/2020
 Actualizado a 13/09/2020
Guardar
Escribe J.M.Albaigés en ‘El gran libro de los nombres’, editado en 1996, que el nombre de pila más frecuente en España entre personas mayores de treinta años era por esa fecha el de José, con un 15,2%. Entre ellos me encuentro. El porcentaje ha de bajar si le añadimos el compuesto Luis. Pero, si entramos en el primer apellido, las coincidencias en personas con igual nombre y apellido pueden incluso desaparecer cuando este último es muy poco frecuente. Al menos me parecía hasta hace unos días. Era difícil encontrar a alguien llamado y apellidado como yo; José Luis Gavilanes. Y prácticamente imposible que hubiese coincidencia sumando el segundo apellido, en mi caso tampoco nada frecuente, Laso. Pues, bien, lo que son los casos, las cosas, las casas y los quesos, navegando por Internet descubrí otro José Luis Gavilanes, nada menos que alcalde de la bella villa orensana de Xunqueira de Ambía, en el camino de Santiago y sede de la espléndida Colegiata Monasterio de Santa María la Real.

Según Ambrosio de Morales, cronista de Felipe II, en su ‘Relación del viaje que Ambrosio de Morales, cronista de Su Majestad, hizo por su mandato, el año 572, en Galicia y Asturias’, Xunqueira de Ambía es priorato de Canónigos Regulares de Patronato Real, a tres leguas de Orense, fundado por Gundisalvo e Iduara, como aparece escrito a principios de mayo del año 877.

Pues bien, curiosamente, también el segundo apellido del alcalde comienza por la letra L, lo cual hace que todas las iniciales sean iguales, pero en su caso es Losada, no Laso. En otro orden de cosas, las diferencias entre nos son ostensibles. El alcalde, que lo es desde las primeras elecciones democráticas –¡todo un palmarés!–, eshombre de derechas afiliado al Partido Popular; yo soy de izquierdas sin afiliación política determinada. Él es un hombre de empresa, tiene varias a su cargo (trasportes, cantera, limpieza y recogida de basuras, etc.); yo, en cambio, un título de licenciado en Filología, otro de doctor en la misma rama de letras, y modesta pensión tras una treintena de años como profesor de Lengua y Literatura Portuguesa en la Facultad de Filología de la Universidad de Salamanca. Soy autor de varios libros y escribo artículos para periódicos y revistas; él, por su conducta, está imputado en el libro de la Justicia como autor de delitos de prevaricación y falsedad documental e inculpado por conducir sin el carné en vigor. Por esa tierra gallega tan querida por mí, sus detractores hablan de un ‘plan Gavilanes’, que consiste en recaudar el mayor número de cuartos y votos invirtiendo el menor esfuerzo presupuestario y de trabajo posible. Yo ya no tengo plan alguno a no ser el de llevar una vida sosegada, tranquila, sin sobresaltos hasta el suspiro final. No obstante, pese a las diferencias, he imaginado hacer una visita a mi homónimo primer edil de Xunqueira de Ambía.

– Quisiera hablar con el señor alcalde.

– ¿De parte de quen, por favor? –me pregunta una empleada en perfecto gallego, de ojos punzantes, atentísima y delgadita como una sospecha.

– Dígale que de parte de José Luis Gavilanes.

– Xa, pero ¿de parte de quen?

– Pues de parte de José Luis Gavilanes, ya se lo he dicho.

– Xa o oin, señor, pero quero que me diga cómo se chama vostede e non do alcalde.

– José Luis Gavilanes, insisto.

– ¿De carallada, non?

– No, de León.

– ¡Vai pra rua a mirar se chove, carallo, e riase do seu pai.
Lo más leído