Quién miente, abogado

El abogado de Montserrat y Triana no las ve desde el juicio, pero acaba de interponer una denuncia contra Instituciones Penitenciarias por la entrevista realizada en la prisión de Mansilla de las Mulas, publicada por este periódico en el mes de mayo. El letrado madrileño considera que hubo «falta de control» del centro penitenciario, al haber permitido acceder a una periodista... Pero, ¿quién autorizó las visitas?

En la denuncia, reprocha que se permitiera acceder a la entrevistadora «con dispositivos de grabación de voz y fotográficos –dice él– sin la autorización del centro» y exige que se depuren responsabilidades. Y... ¿sabe quién grabó?

Antes de acudir a los tribunales, este señor escribió al director de la cárcel leonesa para preguntarle si se dio permiso a la periodista para entrevistar a Montserrat y Triana. Le respondió lo obvio, que no.

Cuando se publicó la primera entrega, el abogado llamó airado a la periodista. Omito detalles, pero básicamente calificó su trabajo de «faena», ¿porque le gustan los toros, o porque no tenía otros argumentos para protestar por los encuentros con sus clientas? ¿No lo supo antes?

No merece la pena hablar de los infundios y barbaridades que alguno ha soltado sobre la dichosa entrevista: tela. Pero reitero –porque la periodista era, soy yo– que fueron Triana y Montserrat las que pidieron hablar y que no hubo engaños. Ellas sabían, querían, saben. De quién ha enredado a quién y por qué –por quién– ya se hablará. ¿Quién miente, abogado?