¿Quién da más?

18/10/2018
 Actualizado a 17/09/2019
Guardar
Al cumplir dieciocho años, dos días después pude ir a votar. Imagínense ustedes, de aquella, todo un dilema, por que no tenía ni la menor idea de que iba todo aquello, en el colegio y luego en BUP no hubo nadie que nos hablara de tal circunstancia que se nos plantearía en la vida, con esto me fui a dar mi voto, como buen demócrata. Mesas llenas de papeletas y sobres, la llamativa cabina de cortina negra de la que salía gente y que no sabía lo que era. Si es que era un pipiolo en un mundo de adultos en una época que todo eran cambios constantes. Me quedé un rato mirando y observando toda la escena, la urna y un señor que movía una cartulina para que la gente pudiera emitir su voto. ¡Qué dilema! Una época de estudiante que se desvelaba por las noches viendo el programa de Pepe Navarro y toda la cuadrilla de colaboradores que traía consigo, por cierto, de aquella me hacía gracia, pero visto ahora, ¡menudos taraos! Siguiendo con el voto, aparece una papeleta con un nombre, José María Ruiz Mateos. Al final era cierto, solo hacía que aparecer con su enorme torre de papeles en ese programa nocturno, dando y ofreciendo ‘pullas’ y otras tantas cosas, como el «que te pego leche». Pues nada, vamos a dar un poco la ‘turra’ a todos estos que nos piden el voto, así que, mi voto fue para este señor. Cada vez que recuerdo, por que no decirlo, esta pequeña rebeldía mía, me entran carcajadas, pero pensándolo bien, ¡qué más da!, si es que el panorama actual es de auténtica carcajada, todo un circo para ver quién da más. Menudo lío con los presupuestos generales que se han presentado, como si los anteriores hubiesen sido mejor, o las contradicciones constantes entre unos y otros. A ver si se van todos ya. El show político español tiene más audiencia que Operación Triunfo o Gran Hermano y de tan europeos que dicen que somos, por que no toman ejemplo de los políticos de otros países que a la mínima los echan o bien se marchan ellos solitos por dignidad. Que sí, que sí, trece negro, impar y pasa, volvemos a rodar la bolita a ver cual es el siguiente número ganador, que rompiendo cualquier estadística vuelve a salir el trece. Increíble, esta ruleta está trucada. Aunque algunos versarán, vuelve a tirar que aquí nadie se entera, mientras el croupier nos alerta, ¡no va más!, o ¡quién da más!, ya todo parece dar igual ante la desfachatez de todos estos que les guardan dos feroces leones en las puertas del Congreso de los Diputados. ¡Señorías miren a ver ustedes cual es su apuesta!
Lo más leído