06/10/2017
 Actualizado a 16/09/2019
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Estamos a punto de saber si León va a ser la próxima capital gastronómica y me acuerdo de él y de cómo gozaría este momento. Aunque sobran los motivos para que León consiga ese ansiado #LeónCapitalGastro18, que no se nos olvide que uno de los ‘culpables’ es Carlos Domínguez Cidón, el gran precursor de la alta cocina en León, el primero que apostó fuerte por esa exquisita despensa que quizá antes no sabíamos valorar, ese gran relaciones públicas que empezó a introducir los garbancines de pico pardal en todas partes, incluso en la Casa Real.

En León lo tenemos todo para enamorar a los paladares de todo el mundo. Todo. Unos productos maravillosos, una cocina tradicional para chuparse los dedos y una vanguardia gastronómica que no tiene nada que envidiar a ninguna otra.

De faltarnos algo aquí, sería creérnoslo, quizá por ese aire quejoso que a tantos acompaña, ese poner pegas a lo que hacen otros a piñón en lugar de arrimar el hombro y apostar por seguir creciendo... El ni como ni dejo comer de los victimistas a los que tanto parece joder que otros sí crean, sí se lo curren, sí se empeñen en algo que más que a nuestro alcance nos merecemos.

¿Somos o no somos una provincia para comérsela a bocados? ¿Tenemos o no todo lo necesario para que quienes vengan se queden enamorados de un León con garra donde se come de lujo y se disfruta en un marco fascinante vayas donde vayas?

Querido Carlos, ojalá lo consigamos. Por ti, por todos tus discípulos y por todos los que sí creemos en León. ¡Vamoooos!
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