Quédate en casa... si la tienes

Cáritas, el comedor de la Asociación Leonesa de Caridad y en general todos los que trabajan con los más desfavorecidos trabajan estos días a destajo para continuar con su labor, según dice uno de sus trabajadores "la caridad no descansa"

Fulgencio Fernández
29/03/2020
 Actualizado a 29/03/2020
comedor-caridad-2932020.jpg
comedor-caridad-2932020.jpg
Entre los miles de vídeos que estos días circulan por las redes, unos tristes, realistas, y otros distendidos para tratar de darle un respiro al aluvión de noticias, uno de los más vistos es el de un hombre panameño, recluido en una minúscula casa, con la nevera vacía, «parece Alaska, sólo tiene hielo» que va subiendo el tono de su voz o de su indignación. «Dice Cristiano, quédate en tu casa... quédate tú en la mía».

Pone sobre la mesa otra realidad en la que a veces no se piensa con lo de «quédate en casa» y es añadir... «si la tienes». Que durante todo el año hay gente que anda por las calles sin rumbo, duerme en los cajeros, son su casa. Y no se pueden quedar sin ella.

Por suerte, en León se montó un albergue en el Pabellón de San Esteban y, mal que bien, allí están. Pero al igual que durante todo el año están los sin techo sigue habiendo asociaciones que trabajan «un poco más allá que dotar de techo, también de comida, acogida, lucha contra el maltrato, soledad...».

Fijémonos, por ejemplo, en dos: Cáritas León o el comedor de la Asociación Leonesa de Caridad, con dos caras visibles: Vicente Guillán, coordinador de voluntariado en Cáritas, y Sor Esther, encargada del comedor de la Asociación Leonesa de Caridad.

Estamos recibiendo a gente que jamás habían solicitado una ayuda económica a Cáritas, a familias que parecían muy asentadas y ahora se encuentran en el aire  Guillán es el responsable de Informe Cáritas, a través del cual resuelve cada semana varios casos de necesidad desde Radio León. Además del singular espíritu solidario de este ingeniero que llegó a dormir en la calle para conocer a los sin techo de verdad y que nunca quiere ser protagonista cada semana se entregaba a casos que describe, por ejemplo, así: «Olivia es una mujer sola con cuatro hijos a su cargo. Ha solido de su país por un problema de violencia en su hogar, pero derivo a las circunstancias propias de su lugar de origen no podía hacer frente a la situación así pues ha venido a León donde tenía una conocida que le podía ayudar (...) La alimentación la tiene cubierta a través de otra entidad. Sería ayuda para tres meses de pago de alquiler, 900 euros». Y los va sacando adelante.

Pero hemos llegado a una nueva situación y Guillán habla de ella, partiendo de una premisa: «La Caridad no descansa» y de otra, «hay que tener esperanza pues somos una tierra muy solidaria, extremadamente generosa». Curiosamente mientras escribo, el padre Ángel, que algo sabe de esto afirma: «Jamás ha habido tanta solidaridad como ahora».

Hay que creer, pero hay otra realidad de la que habla Guillán: «Tenemos que estar sujetos a la normativa y la cumplimos, acudimos al teletrabajo, pero no se puede parar y es necesario cuidar a las personas con mayor vulnerabilidad, con dos teléfonos de emergencia y si hay que acudir de forma personal pues se acude, con las precauciones debidas». En su caso está muy volcado en las cuestiones de extranjería.

Y así explica que en su centro de acogida han dejado solamente un retén de emergencia y a los voluntarios mayores de 60 años «les hemos pedido que cesen su actividad en nuestros programas pero que sigan siendo un referente de ayuda y solidaridad en su entorno vecinal».

Con la instalación del ‘campamento’ del pabellón de San Esteban han bajado las solicitudes de comida, pero tenemos cada día que lavar lo suyo, nos envían dos camiones Y aborda Guillán una situación sobrevenida para muchas familias que se han visto incluidas en un ERTE, que no tienen los ingresos habituales ni posibilidad de buscarlos. «Estamos recibiendo a gente que jamás habían pedido una ayuda económica en Cáritas y en estos días nos los están pidiendo, hay que atenderlas. Vemos que hay familias que parecían muy asentadas y se ven en el aire, que tal vez los decretos del Gobierno les solucionen cosas pero no son ágiles y ya sienten la necesidad. Abordamos unas responsabilidades más allá de las instituciones».

Comedor de Caridad

En términos muy parecidos se expresa sor Esther, del comedor dela Asociación Leonesa de Caridad, que tuvieron que pedir a los voluntarios que se quedaran en casa aunque, reconoce, «a tres de ellos hemos sido incapaces de convencerlos y aquí están, connosotros».

En el comedor primero empezaron por extremar las medidas de protección,con mascarillas, guantes y guardando ladistancia, hasta el punto de que tuvimos que «reducir a la mitad el número de plazas, para que estuvieran separados» pero tuvieron que decidir el cierre y entregarles las comidas en recipientes cerrados, dar comidas calientes a su hora y otras frías para las meriendas y cenas... además de repartir por las casas para quienes no se pueden mover y atender también al piso de acogida para mujeres maltratadas».

Por el comedor venían pasando antes de la crisis una media de 60 personas al desayuno y 75 a la comida; «desde que han montado lo del pabellón de San Esteban ha bajado a 25, pero a cambio nosotros asumimos el lavado de ropa de las personas que están allí, cada día llega un camión y nos la deja», señala Sor Esther, quien recuerda que esta asociación «se financia solamente en un 20% con ayudas de instituciones públicas y el 80% restante son donativos de particulares, empresas...», a los que pide que «antes de hacer un donativo pregunten, para coordinarnos y que no haya mucho de algunas cosas y nada de otras».

«Así llevamos treinta años, bandeando el destino, tapando agujeros», pero avisa de que se encuentran ahora mismo en una situación crucial, «necesitamos realizar la instalación del gas ciudad, nos resulta muy necesaria, pero nos cuesta 25.000 euros y eso se nos va de las manos; ya sé que no es momento de hablar de estas cosas con la que está cayendo, pero es que en nuestro día a día estamos viendo de todo».

Y es que... la caridad no descansa.
Archivado en
Lo más leído