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Que sean Los Happiness

27/06/2022
 Actualizado a 27/06/2022
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Amí Los Happiness me la metieron doblada en mi primera primavera de universitario en Madrid.Un alma inocente, cándida y piadosa como la mía tardó en descubrir la treta de la ‘Asociación Nuevo Renacer, por una Juventud sin Mácula’, que era un ‘fake’ de manual. Entonces no llegaba y quizás ahora me pase. No voy de periodista curtido y escéptico, pero me cuesta bastante más asumir que las cosas son lo que parecen. Lo digo porque del 13 de febrero a esta parte veo indicios similares a los que me dejaron pasmado en aquel abril del 2006. La Wikipedia resume perfectamente el espíritu del ‘Amo a Laura, pero esperaré hasta el matrimonio’ y desvela que se trataba de un mensajeen el que de «forma satírica se promulgaban los valores de la familia tradicional, la castidad y el matrimonio».

La campaña que ahora me tiene mosca habla de profesores «obsesionados con enseñar prácticas sexuales a los niños», se pregunta «para qué necesitan los niños a los seis años entender posturas sexuales», nos advierte de que «cuando el sexo se convierte en un fin en sí mismo se olvida que su finalidad es la procreación» y nos alerta de que «el reloj biológico no perdona». Y si Los Happinesiban de catequistas a lo Parchís, el protagonista de la actual campaña parece sacado de Jara y Sedal o de cualquier equipo de debate de cualquier universidad privada. Hasta el 21 de enero de este año no había visto nunca el rostro que trata de abrirnos los ojos a la «hipersexualización de la sociedad», que muchos ya hemos estudiado hace tiempo, pero que jamás se nos había ocurrido ligarla a la despoblación de algunos territorios —otros tan o más hipersexualizados no dejan de ganar población—. El autor de la canción de Los Happiness es Guille Mikyway, que luego ha hecho temas tan geniales como ‘La revolución sexual’. Ojalá que ahora de nuevo sea todo puro maketing, quese termine pronto y que todo esto no sea más que una broma, por pesada que esté resultando.
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