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Que por mayo era, por mayo

02/05/2015
 Actualizado a 14/09/2019
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En pocos días comenzará la campaña electoral «oficial», es decir, lo mismo que llevamos viviendo en estos últimos meses, pero con una diferencia, ahora nuestros políticos nos podrán pedir el voto públicamente.

Las calles de León se llenarán de carteles con eslóganes muy pensados, incluso algunos con rima, y con posados en estudios fotográficos de renombre. El Partido Popular, con su mejor candidato, se lanzará a mantener la alcaldía cueste lo que cueste, sabiendo que tiene pocos amigos en el resto de partidos. Y no dudo que los demás intentarán quemar todas sus naves para desbancar a los populares de la zona noble. Lo mismo ocurrirá en la Junta.

Nuestra ciudad se enfrenta a cuatro años cruciales, importantísimos para su futuro. León está viejo y cansado, y necesita al mejor líder, alguien que ilusione y lo llene de optimismo y promesas que se puedan cumplir. Tenemos que cambiar la mentalidad dócil y obediente que durante muchos años hemos sufrido, y de vez en cuando, pegar un puñetazo en la mesa, aunque el ministro o el consejero de turno, sea del mismo color político. Ser valiente con tu ciudad y con tu gente.

No podemos permitirnos experimentos, ni podemos creer en proyectos populistas, que de entrada, todos sabemos que no serán cumplidos. Lo único cierto es que León se va quedando atrás, y haciéndose pequeño, nos vamos despidiendo de las grandes empresas, muchas veces por la mala gestión de sus responsables, y los jóvenes que se van a estudiar a otras ciudades, no vuelven. Por eso necesitamos políticos de nivel. Preparados, viajados y limpios. El viejo reino necesita un capitán que sepa dónde y cómo llamar, todo un arte. Que tenga el valor para poner «patas arriba» su ciudad en caso de una injusticia o de un trato desfavorable con alguna de las empresas emblemáticas. Los paracaidistas son para el ejército.

Van a ser unas elecciones en las que la mayoría absoluta se presenta como un objetivo casi imposible. El partido vencedor tendrá que pactar o negociar con alguna de las opciones con representación. Algunos de estos partidos, se convertirán en «llave o bisagra». Grupos con ideas nuevas y líderes nacionales con mucho carisma, que en las provincias se diluyen como un azucarillo, al seleccionar sus candidatos a la carrera. Cabezas de lista que no son nuevos, aunque lo parezcan, ya que en muchos casos vienen de hacer carrera en otros partidos, y diría que no buscan hacer política, sino vivir de ella.
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