¿Qué podemos encontrar en la 'Jerusalén de occidente'?

L.N.C.
07/06/2021
 Actualizado a 07/06/2021
Adrian Mato (Unplash)
Adrian Mato (Unplash)
Si nos preguntaran por tres ciudades cristianas sagradas, Roma y Jerusalén nos vendrían rápido a la mente, pero la tercera quizá nos costaría un poco más.

Santiago de Compostela es la menos conocida de esta «Santísima Trinidad», pero sigue ocupando un lugar muy especial en el folklore religioso. El supuesto lugar de sepultura de uno de los discípulos de Jesús lleva atrayendo a millones de peregrinos desde hace muchos años. Lo hacen siguiendo el Camino de Santiago, un conjunto de rutas que recorren el continente europeo con un mismo destino: la Catedral de Santiago.

Sin embargo, Santiago no solo vive de la religión católica. Aquellos que se animen a visitarla podrán disfrutar de un precioso casco antiguo con una animada vida nocturna, de una gastronomía deliciosa y de unos parques preciosos. En este artículo explicaremos las bondades de la denominada «Jerusalén de occidente».

El centro histórico


Alrededor de la catedral encontramos las calles estrechas y sinuosas que conforman el casco vello (casco antiguo) de la ciudad. Mezcla de estilos románico, gótico y barroco, es una de las zonas urbanas de mayor belleza del mundo, por lo que ha sido declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO.

Los edificios, las calles y las plazas, todos ellos labrados en granito gallego, transportan al visitante atrás en el tiempo, por una ciudad que apenas ha cambiado desde la Edad Media. En el centro de todo el bullicio encontramos la Praza de Cervantes, con sus preciosas arcadas y su fuente antigua, donde lo único que desentona es el quiosco de la lotería española de uno de sus extremos.

Si nos dirigimos hacia el norte, llegaremos a la Igrexa de San Martiño Pinario, una iglesia y monasterio del siglo XVII cuya imponente fachada deja maravillado a todo aquel que pasa por delante. Un poco más allá tenemos el Café Costa Vella, con un idílico jardín que resulta ideal para hacer un alto en el camino.

Santiago es famosa también por su ambiente universitario. Cada año, miles de jóvenes se matriculan para estudiar historia, filosofía o geografía en las facultades históricas del centro u otras carreras más allá de las murallas del casco antiguo.

Desde la Facultad de Filosofía, podemos recorrer una de las tres calles paralelas que diseccionan el centro histórico, incluida la Rúa do Franco, cuyo nombre se refiere a los peregrinos llegados de Francia a través de los Pirineos. Los muchos bares y restaurantes de la zona sirven como última parada de muchos de los visitantes que recorren el Camino de Santiago antes de llegar a la sagrada Praza do Obradoiro, donde se alza la joya de la corona de la ciudad: la catedral.

Una amplia selección de la mejor gastronomía


Aunque no goza de la publicidad de otras regiones, Galicia es una de las mecas del marisco, con más de 1500 kilómetros de costa que dan cobijo a auténticas exquisiteces. Santiago se encuentra en el centro de la región, y sus restaurantes no dudan en exponer al público sus especialidades, como el pulpo o las vieiras a la gallega.

La tradición culinaria de la ciudad tiene varios siglos de historia, lo que explica por qué cuenta con dos restaurantes con estrella Michelin. Casa Marcelo es quizá el más famoso, con un precioso comedor con vistas a una cocina abierta en la que sus chefs fusionan las cocinas gallega, japonesa y peruana. A Tafona es más reciente, pero igual de interesante, ya que la joven chef Lucía Freitas ofrece una cocina moderna con una selección experimental de sabores e ingredientes.

Si nuestro presupuesto no está a la altura de estas dos propuestas, existen un sinfín de excelentes alternativas. Abastos 2.0 también aparece en la guía Michelin, pero ofrece una experiencia más informal, en línea con su ubicación en el histórico mercado del mismo nombre. Recomendamos pedir la tapa del día, que puede incluir desde unos mejillones hasta una empanada de marisco, y acompañarla de un buen albariño (el mejor vino blanco de la región).

Como ocurre en muchas ciudades españolas, en Santiago también hay locales que sirven tapas gratuitas con la bebida, por lo que resulta muy recomendable hacer una ruta tapera. Con suerte, podremos degustar una deliciosa tortilla de papas, el mejor jamón y hasta costillas de cerdo. Lo ideal es empezar en la Rúa San Clemente, al pie del parque de la Alameda, e ir subiendo hasta Travesa de Fonseca para luego girar a la izquierda y bajar por la Rúa do Franco hasta el casco antiguo. Esta ruta ofrece por lo menos doce restaurantes y acaba en el Obradoiro, la plaza de la catedral.

Parques


En Santiago llueve mucho, sobre todo en los meses de invierno, pero ello tiene también su parte positiva. La ciudad alberga varios parques verdes, cada uno con su propia personalidad y sus propios miradores.

El parque de Bonaval es el más alejado, pero quizá también el más bonito. Situado en lo alto de la ciudad, cuenta con un sendero que serpentea entre árboles centenarios y ruinas abandonadas, ofrece unas vistas preciosas del Convento de San Domingos y de las agujas de la catedral y es ideal para contemplar la puesta de sol.

Un poco más allá de la Rúa San Pedro, el tramo final del Camino para muchos peregrinos, encontramos el parque de Belvís, al pie del convento del mismo nombre, un recinto amurallado con laberintos y amplias zonas verdes.

A escasos minutos del casco antiguo tenemos la Alameda, con senderos con sombra, vistas de la catedral y de la universidad y la preciosa iglesia de Santa Susana en su punto más alto.

Siempre resulta agradable tumbarse un rato en el césped después de disfrutar de otro de los aspectos que mejor definen a Santiago: su vida social.

El mejor ocio nocturno


En cuanto se pone el sol, Santiago nos regala una combinación única de personas. En primer lugar, tenemos a los compostelanos, los residentes locales a quienes les encanta socializar y a quienes es fácil escuchar conversar en gallego, uno de los cuatro idiomas oficiales en España.

En segundo lugar, están los estudiantes, capaces de crear un auténtico ambiente festivo incluso en una lluviosa noche de martes. Y finalmente encontramos a los peregrinos, llegados a pie o en bicicleta desde todos los rincones de Europa por caminos sagrados que llegan hasta Hungría o Escandinavia.

Después de semanas, o incluso meses, de trayecto, es habitual contemplar escenas de auténtica felicidad por toda la ciudad cuando los peregrinos completan su viaje, que finaliza siempre ante la Catedral de Santiago. Tras presentar sus respetos en el Obradoiro, el casco antiguo los espera para celebrar la hazaña, con bares históricos como el Modus Vivendi y locales de ocio que no cierran en toda la noche.

Aunque la pandemia ha enfriado un poco los ánimos, Santiago mira al futuro con renovado optimismo gracias al ritmo de vacunación existente en España. Como este 2021 es Año Santo Compostelano, en la «Jerusalén de occidente» hay mucho que celebrar.
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