¿Qué pasa en el Ademar?

A la incomprensible salida de Rafa Guijosa, producida a las pocas semanas de su renovación, se suma ahora la concatenación de imperdonables errores en la forma de despedir a Juanín García, leyenda viva del deporte español que no merece el trato recibido por su club

La directiva parece más interesada en los delirios de construir un nuevo pabellón para el club, que puntualmente publicitan a modo de globos sonda, que en cuidar de los recursos humanos
11/05/2019
 Actualizado a 12/09/2019
Empiezan a sucederse tantas cuestiones incomprensibles en torno al Ademar, antaño orgullo del deporte leonés, que resulta inevitable pensar que se trata de un problema de fondo, de una incapacidad supina a la hora de gestionar el club que ha dado grandes alegrías a la sociedad leonesa. A la incomprensible marcha de Rafa Guijosa, el que ha sido entrenador durante los últimos años, que se produjo a las pocas semanas de haber firmado su renovación sin que los aficionados tengan aún claros cuáles fueron los verdaderos motivos de su precipitada salida, se suma ahora el despido (la no renovación) de la mayor leyenda del deporte leonés: Juanín García Lorenzana. No habría sitio en estas líneas para resumir todos los logros deportivos de este jugador que ha mantenido siempre la humildad y que ahora ve (vuelve a ver) cómo el club por el que lo ha dado todo le da la espalda. En el plano deportivo, puede ser perfectamente justificable que Ademar no quiera renovar a Juanín a sus 41 años, pero desde luego las formas no han sido las correctas. Todo lo que no sea un anuncio conjunto de jugador y club evidencia que el final de la relación no ha sido bueno, de modo que resulta ciertamente canalla transmitir la decisión a última hora de la tarde anterior a un partido clave en un comunicado que, además, insinuaba que el problema era de dinero: «tras meses de negociaciones...» y, para colmo, se dice que ojalá acepte la oferta de entrenar un equipo de base (el actual entrenador se enteró, a su vez, por la prensa de que estaban ofreciendo su puesto), y al día siguiente matizan diciendo que quieren retirar su camiseta. La directiva parece más interesada en los delirios de construir un nuevo pabellón para el club, que puntualmente publicitan a modo de globos sonda, que en cuidar de los recursos humanos que, antaño, hacían diferente a este club, más cuando se trata de uno de los pocos héroes que ha dado esta tierra.
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