¿Qué opina, señor camión?

16/06/2022
 Actualizado a 16/06/2022
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Ya sabéis que el primer mandamiento de la profesión es que la noticia con méritos para ser titular es «perro mata camión»,; la otra posible, «camión mata perro», es una anécdota, una desgracia o lo que te parezca, pero no tiene mucho más recorrido, salvo que sea agosto o lunes después de Navidad y haya poco más que llevarse a la escaleta de las noticias, pero no estamos aquí para menudencias.

Por eso, cuando un camión opina es normal que nos volvamos todos locos por saber lo que piensa del mundo y su circunstancia, y más si tenemos en cuenta que es posible que la opinión no desmerezca lo más mínimo de las vertidas en el resto de las ruedas de prensa que esa misma mañana se convocaron con la única justificación de que al señorito le parece que hace mucho tiempo que no sale en las fotos o en las televisiones.

¿Y qué va a decir? No te preocupes, tú mira que vengan, que algo se nos ocurrirá; dice mostrando un exceso de confianza, nada justificado, en su capacidad de improvisar unas palabras que sean más interesantes que las que podría pronunciar un camión.

Otra forma de llegar al corazón de los medios, de ablandarles esa reticencia a acudir a todos los sitios que nos convocan, es preparar una puesta en escena rompedora, es decir, que una autoridad, un estadista incluso, se asome a la cabina de un camión colocando el brazo que apoya en la ventana con el mismo aplomo que si supiera donde se cambia de marcha e, incluso, donde está el freno de mano.

Y cuando asoma la cabeza los micros se vuelven locos por recoger las primeras palabras, por poder llevar al titular al cuerpo más grande que puedas imaginar: «Primera declaraciones del camión».
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