Que me quede como estoy

La propuesta de reforma de la sanidad rural sigue avanzando entre la confusión, pese a los esfuerzos de la consejería de Sanidad de la Junta por explicar los cambios. Lo más destacable de los que se anunciaron ayer es que, al menos en lo que tiene que ver con la provincia de León, van a cambiar muy poco las cosas, más allá de que habrá que pedir cita para poder acudir a los consultorio médicos locales. Sanidad se compromete a mantener abierto lo que llama un centro de referencia que, según sus cálculos, estará a una media de ocho minutos de cada pueblo y a un máximo de media hora de desplazamiento. Es decir: lo que hay... en la inmensa mayoría de los casos. En cualquier caso, si se quiere interpretar esa noticia como positiva, la parte buena es que no se cerrarán esos consultorios al pasar «de referencia», lo que ya es bastante después de los fundados temores de miles de leoneses al anunciar, en el caso del vicepresidente Francisco Igea, primero una cosa y luego la contraria. La sanidad es sin duda uno de los servicios básicos y uno de los pilares sobre los que tiene que asentar la lucha contra la despoblación, un drama que, aunque no lo parezca, existe todos los días en este país y no sólo cuando estamos en campaña electoral, que parece que es el único momento en el que asalta los medios de comunicación y los discursos de nuestros políticos, con sus correspondientes soluciones magistrales.