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Qué mal pinta el futuro

03/10/2017
 Actualizado a 07/09/2019
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Resulta difícil estos días ver el futuro con optimismo. Todavía caliente el carnaval del primero de octubre; con el estómago aún ardiendo del empacho de mentiras, sobreactuaciones, inconsciencia y oportunismo que compuso el menú de esa «fiesta» en la que tampoco faltaron los chupitos de proyecciones, representaciones y perversión de la palabra democracia; no hemos olvidado que los problemas de futuro para la clase trabajadora no se limitan a las aspiraciones nacionalistas, sean de la nación que sean, sino que otros ya esperaban en la cocina a ser guisados o emplatados para disgusto de nuestros paladares y también de nuestra salud.

Así ocurre con el cocido que alguien decidió montar con el condumio que, cuando lleguemos a esa edad en la que nuestras facultades físicas nos impedirían sobrevivir dependiendo solo de nuestro trabajo, debería saciar nuestras hambres, no de banderas y patrias, sino de auténticos alimentos. Los garbanzos parecen ya tan duros y escasos que difícilmente darán para todos y todas. Y esa despensa llamada Fondo de Reserva de las Pensiones se muestra vacía de carnes, pues han sido consumidas en otras fiestas, en otros convites, en primaverales y alegres banquetes tan alejados e inconscientes de la crudeza del invierno.

Por ello estamos ahora en CCOO y UGT activando una movilización por todo el país, marchando hacia Madrid, ayer pasando por La Robla y hoy por León, para recordar a todos y todas que de no incrementar los salarios, de no mejorar los ingresos por cotizaciones sociales, de no actuar sobre la precariedad laboral y de seguir saqueando el Fondo que en su día fue diseñado para atender el máximo generacional de pensionistas, en unos años, no tantos, nuestras pensiones apenas llegarán a la mitad del último salario percibido el día que nos jubilemos, y eso que entonces, nuestro salario será de miseria.

Cuando lleguemos a Madrid, señalaremos a ese gobierno del que ahora se ha puesto de moda decir que no hace política, que se esconde detrás de jueces y policías. ¿Que no hace política? ¡A otro con ese turrón duro! ¡Vaya que si hace política! ¡Pero no en favor de la clase trabajadora!
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