Que lo que Valladolid une no lo separe nadie

Contracrónica | El hermanamiento entre aficiones giró en torno a la rivalidad común con el club pucelano

J.A.
11/10/2017
 Actualizado a 09/09/2019
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Cuando se echa la vista atrás y se piensa en aquellas gélidas tardes de invierno en el Reino de León con menos de 2.000 valientes en las gradas, los que allí estaban no podían hacer otra cosa que soñar en un día como el de ayer con su equipo.

Porque poco más se puede pedir que llenar ese mismo estadio que por entonces era el patio de recreo de cuatro locos un martes ante un rival de tu misma categoría y con los ojos de todo el país mirando a través de la televisión.

Tiene esas cosas la Cultural. Que su primer partido televisado en abierto de su regreso a la Segunda División coincida con el primer día que se pueda recordar en el que la intevención de un político reúne delante de la pequeña pantalla o junto a la radio a buena parte de España solo le podía ocurrir al equipo leonés.

Llegaba el Sporting de Gijón a León y se iniciaba con ello el primer capítulo de la pequeña ‘guerra’ que las aficiones de los dos conjuntos asturianos en la categoría, coincidiendo por primera vez en muchos años, tienen por tratar de dirimir quién es más amigo de la Cultural y a quién le gusta más venir a tomar vinos al Húmedo.

«Queremos cambiar Oviedo por León» gritó la afición del Sporting, que terminó animando a la Cultural Lo hizo bien la Mareona, que a pesar de ser día laborable (ya se encargaron de recordárselo a Tebas durante el partido) llegó en buen número a León desde por la mañana y es que dicen por allí que un partido del Sporting es día de asuntos propios en el trabajo.

La ciudad se teñía de rojiblanco de forma progresiva con el paso de las horas en una fiesta que los leoneses veían desde sus puestos de trabajo y en muchos casos prácticamente con el tiempo justo para llegar al estadio.

Noche prácticamente primaveral a orillas del Bernesga, hasta donde llegaron representantes de ambas aficiones unidas para representar ese hermanamientoque se vio también en la grada. Porque las camisetas rojiblancas florecieron por todo el Reino de León. Apenas duraron minutos las entradas enviadas por la Cultural a Gijón y, visto lo visto, los aficionados rojiblancos buscaron la manera de no perderse el encuentro. Zonas destinadas en principio únicamente a abonados culturalistas veían como se ‘vestían’ con banderas asturianas.

Lo cierto es que la imagen ya desde el inicio fue espectacular. Con medio fondo plagado de camisetas rojiblancas más todos los que poblaban las gradas en diferentes zonas fue, quién si no, Valladolid, quien unió a ambas aficiones. En el recuerdo, aquel partido en el que el club vallisoletano elevó los precios de las entradas para la Mareona, que decidió asistir al partido pero no pasar más tiempo del estrictamente necesario en la capital del Pisuerga. ¿La mejor manera de pasar el resto del día? En León. Miles de aficionados gijoneses llegaron aquel día hasta León para unir a unos y otros en la rivalidad hacia el conjunto blanquivioleta. Volvió a escucharse en el Reino el ‘Pucelano el que no bote’ y esta vez el cántico no lo inició la afición leonesa.

Tras muchos años sin verse las caras fue más sencillo encontrar un enemigo en común que estrechó lazosEn los instantes previos al inicio, homenaje a un leonés y un asturiano que se siente medio leonés. Dos leyendas del Sporting, Puente y Quini, realizaban el saque de honor. Ambos jugaron en la Cultural, uno dos temporadas en Segunda y el otro... un partido de pretemporada durante la ‘mili’. Corto bagaje sí, pero muchos amigos tiene ‘El Brujo’ en la capital del Viejo Reinoy así lo demuestra cada vez que cruza El Negrón, ayer seguramente en el día más especial de todos ellos.

Tan bien se portó la afición del Sporting en León dejando incluso claro que querían «cambiar Oviedo por León», que no dudó la Cultural en devolverle el favor en el lugar más importante, el terreno de juego. Dos garrafales errores defensivos le costaron la derrota a los leoneses en un partido que 8 de cada 10 veces hubiera sido un 0-0.

Llegaron los primeros pitos al Reino, seguramente inmerecidos pero en el contexto de un partido que terminó con el 0-2 . El enfado con Guarrotxena, que se retiraba andando con el marcador totalmente en contra fue el principal ejemplo. Lo ajustado de la categoría obliga a mirar ya la zona de descenso de cerca y es ahora cuando más deberá apretar la afición. Larga es la Segunda División y más larga se puede hacer si no se rema siempre en la misma dirección.

No fue ni mucho menos el día de nadie y quizás eso sirva para recordar la condición de novato de una Cultural que si se cree capaz de todo y así lo ha demostrado, sabe que si no está al cien por cien es absolutamente vulnerable más aún ante un candidato al ascenso. Los más felices, los aficionados sportinguistas, que se volvían al norte del Negrón con una sonrisa de oreja a oreja y sin importar demasiado que hoy toca madrugar de nuevo.
A los leoneses por su parte no les queda otra que pensar en Cádiz y que su equipo vuelva por fin a ganar.
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