«Que explique por qué salió esposado»

Sale del Palacio de los Guzmanes detenido en el vehículo de los agentes de la Policía Judicial y declara ante el juez Eloy Velasco por su presunta vinculación con la trama de corrupción Púnica. Lo imputa por negociaciones prohibidas a funcionarios, prevaricación, revelación de secretos, tráfico de influencias, cohecho y fraude. Lo manda a prisión. Allí pasa 43 días, sin duda los más terribles de su vida. El 11 de diciembre, a petición de la Fiscalía, el juez de la Audiencia Nacional permite que salga en libertad bajo fianza de 30.000 euros. Se supone que ya no hay riesgo de fuga ni de destrucción de pruebas. Marcos Martínez Barazón, el sucesor de Isabel Carrasco en el sillón presidencial de la Diputación, regresa a casa abatido, demacrado y anuncia que ya dará explicaciones porque es «absolutamente inocente». El domingo, baño de multitudes en Lorenzana, que lo recibe con la música del héroe nunca es vencido, Rocky. Pancarta en mano, los vecinos aplauden, lloran y proclaman el «Marcos, estamos contigo», como si las imputacionesse hubieran borrado y algún tribunal hubiera determinado su inocencia. Con el subidón, Marcos regresa a la institución y se encuentra con el calor de decenas de focos de medios de todo el país. Cacarea el aprendido discurso de que todo lo hace por León y por los leoneses. Carga contra el PP, no da nombres, suelta demasiadas respuestas y lanza puyas nada inocentes. Desde Valladolid, demoledor mensaje: «Que explique por qué salió esposado». Y Marcos calla. No quiere hablar, ya no, «para no entorpecer el proceso judicial»...