Por eso, los protocolos para evitar contagios se han extremado en colegios e institutos, pero en el medio rural todo es un poco distinto. De entrada, todos los grupos son ‘grupos burbuja’. En algunos centros se puede ver a alumnos y profesores dando clase en el patio o en el aparcamiento, los días que el tiempo lo permite. En el caso de Vegas del Condado, el Ayuntamiento se ha preocupado tanto de los chavales que acuden allí a clase que les ha cedido nada más y nada menos que el salón de plenos municipal.
Desde el pasado mes de septiembre, cuando empezaron las clases, se comenzaron a buscar soluciones para los desdobles que exige la Consejería de Educación, y que tienen como objetivo reducir el número de alumnos por aula para así minimizar el riesgo de contagio. La escuela de Vegas, que pertenece al CRA Ribera del Porma (situado en Santibáñez) se quedaba por tanto pequeña, a pesar del reducido número de alumnos, y hubo que encontrar alternativas. La responsabilidad recaía en el ayuntamiento, cuyo alcalde, el veterano socialista Manuel Ferreras, no tuvo problema en ceder el mismísimo salón de plenos.
El bastón de mando, las banderas, los libros, la bancada del equipo de Gobierno y la de la oposición, las actas y los asientos del público han dejado paso a las pizarras, los pupitres, las sillas, los libros y las tabletas electrónicas con las que Carlotta (de Primero), Kiara y Romayssa (de Segundo), Rocío (de Tercero), Julia, Ángel, Gabriel y Mario (de Cuarto), Sara (de Quinto) y Alejandro y Héctor (de Sexto) convierten en aula un espacio pensado para la política. Tanto Agustín, el profesor, como los responsables de la Asociación de Padres y Madres muestran su agradecimiento al Ayuntamiento de Vegas del Condado por el detalle que han tenido con los chavales, que esperan ansiosos el momento más deseado: el ahora llamado «descanso de mascarillas» que se hace cada hora y que, en este caso, disfrutan en el propio balcón del Ayuntamiento. «Que estudien pero que no se hagan políticos», sentencia una de las madres.
