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¿Quae te dementia cepit?

28/02/2022
 Actualizado a 28/02/2022
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«¡Ay Coridón, Coridón! ¿Qué locura se apoderó de ti?». Y es que el pastor Coridón ha vuelto de la ciudad enamorado locamente del joven Alexis y no se comporta ya como un sencillo pastor sino como un demente. Se trata de la bucólica II de Virgilio. ¿Que locura se apoderó de ti, Sr. Putin? Se pregunta el mundo al ver al ruso ordenar a sus tropas apoderarse de Ucrania, un enorme y rico país.

Es que me he enamorado de él. Pues, entonces, avance usted por tierra mar y aire con todo su armamento y la Otan y el resto del planeta que se aguanten como puedan, que se trata de un caso de fuerza mayor. Y así es como, incluso las generaciones que creímos en su día en el evangelio comunista, tenemos hoy que aceptar que todo se trataba nada más que de un cambio de poder, una sustitución en la cúpula del mando, un arrebato de la pura y dura realidad. Pero, no. No es tan sencillo. Tiene que haber algo más que amor. ¿Y qué podría ser? El interés.

Coridón-Putin trata de ganarse al bello Alexis a base de promesas: «Tengo mil corderas vagando por mis campos; nunca me falta la leche, ni en verano ni en invierno…No soy tan mal parecido…». Pero Alexis-Ucrania, que no tiene otro amo (ni la Otan ni China) pero que disfruta de su libertad, aún en la pobreza, no desea someterse a nadie y desea vivir su libertad y disfrutar de su libre albedrío. Craso error. No es así como funcionan las cosas. No es así como se mueve el mundo.

¿Y, por encima del amor, qué es lo que hay? Lo podemos ver en el capítulo 22 de la segunda parte de El Quijote de Cervantes, cuando, durante las bodas de Camacho, y acompañado de tamboril y flauta, el cantor entona una ‘mudanza’: «Soy quien puede más que Amor… Soy el Interés en quien / pocos suelen obrar bien / y obrar sin mí es gran Milagro». Y así hemos llegado al nudo que nos ahorra continuar devanando la madeja. Y a principios de una era en la que parecía que las guerras iban a ir quedando como rescoldos de viejas hogueras, vuelve la humanidad a sentir el zarpazo del poder, del inmenso poder, de la locura, de un hombre que se cree Dios Todopoderoso, a fuerza de recibir los honores, las súplicas, y las alabanzas, de toda una sociedad acobardada, e inmersa en sus ensueños. Incapacitada para sublevarse contra quien, de pronto, se le dispara el ego y busca como un loco... ¡Su interés!
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