Qijo, un artista total en León

Cinabrio Qijano llega a La Mona Sputnik para presentar una selección de sus libros y una exposición de collages de diferentes tamaños. Los más pequeños servirán de obsequio a los compradores de los libros

L.N.C.
12/03/2019
 Actualizado a 16/09/2019
El artista albaceteño Cinabrio Qijano con una de sus obras.
El artista albaceteño Cinabrio Qijano con una de sus obras.
Artista de pensamiento y obra, Qijo, Cinabrio Qijano, aterriza en León con obra gráfica y libros. Es pintor, escultor, diseñador, escritor, pensador... Podría decirse que es autor con mayúsculas. Sí, por eso podría añadirse que en León veremos una parte de su incesante e inmenso trabajo, que se mueve en términos de totalidad entre la plasticidad y el pensamiento. Entre el no detenerse, desproveerse de artificios y la continuidad ideológica, que, si en otros casos el tiempo difumina, en su caso se mantiene en las más altas cotas del compromiso. Pero como Qijo sueña en la tierra, llega hoy a La Mona Sputnik de León (20:00 horas) para compartir. También llega para probar y experimentar, y luego verificar que esa idea suya de estar en el mundo para hacerlo mejor todavía puede estar de moda. A veces, él lo consigue: consiste en despertar en los demás eso que está a veces latente en los territorios de la sensibilidad pero queda aparcado o desplazado por el devenir de la vida actual.

Qijano da un paso y se le cae arte. O lo da, o lo regala, nunca lo tira. Inventa arte y al día siguiente lo vuelca y empieza un libro, un dibujo o cuadro, un signo, una conversación, una ironía... Llena cada día un camión de arte y a la mañana siguiente empieza a distribuirlo por la ciudad de su vida. Albacete, Madrid, La Habana... Empieza a mezclarse todo y sale la palabra. Y Qijano es su propio arte. Cuenta su palabra y a veces se tiene que traducir porque ha creado su propio lenguaje. Y pasa al libro todo porque lo convierte en objeto de arte. Y los temas también son su arte. Habla de Lorca, de Alfonso Sastre y Gabo, de Benedetti y Ian Gibson, de María Dolores Pradera y de Ángel... Todo es universo y singular en el mundo de Qijo. Te despides de él y te dice: «Cada día me apetece menos tener. No quiero tener nada. Me imagino feliz viviendo en una habitación vacía». Y te deja así. Pensando en él dentro de esa habitación vacía como obra maestra de su vida. Pero añade: «Lo que pasa es que me sigo ilusionando con cosas. Me sigo enamorando. Sigo creyendo en gente...». Y entonces sí, te vas, pero si miras de reojo, ves que ya está otra vez cargando de arte para regalar ese camión en el que cabe hasta la vida. Por eso hay que verle. En La Mona. En León.
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