Pues entelé

El asunto del hambre en la sección de la ruralidad del primer mundo tiene su cosa. Que si matas el gocho, que si das en comer a lo tonto, que si échate otra para que no sobre, no vas a dejar ese costrabazo en la cazuela, fríe más guevos que son de gallina soltera, come la morcilla que si se enfría se jodió, los callos están en su punto... en fin, que todo puede pasar, incluso que vayas al médico y te pase como a El Tumbao.

- ¿Qué te dijo?

- Un paisano muy agradable, me felicitó porque dijo que tenía de todo: azúcar, colesterol, ácido úrico... y no sé cuántas cosas más. No creo que Amancio Ortega, con todo lo que dice que tiene, tenga ni la mitad de las cosas que me enseñó el médico en aquel papel.

Si no hay como ir a la Seguridad Social, vas a uno de pago y te encuentra algo, para que vuelvas. Mira lo que le pasó a Mediagorra cuando bajó a enseñarle el bulto que le estaba creciendo.

- No me fiaba y fui a uno de pago.

- ¿Y te acertó lo que tenías?

- No, pero casi. Llevaba dos mil duros y me cobró 9.500 pesetas, cuantas que me dejó para el coche de linea.

Eso te pasa por ir a uno de pago. Hay que ir al que hay que ir. Cuando Goro comió la oveja entera y de postre pidió unos filetes pues se conoce que le hizo daño el pan que mojó en la salsa, el caso es que estaba tumbao como un animalón quejándose y fue don Avelino y rápido le diagnóstico: «Es mejor que llaméis al veterinario, lo que le pasa es que es un animal».

Y tenía razón. Fue el veterinario y también le diagnóstico rápido: «Ir a por la trócola que esta entelao».

Que a santo de qué os lo cuento, pues de que si no me veis en unos días es que estoy entelao, que hoy son los pinchos de la guardia civil de mi pueblo, que son rumbosos con cojones, y llevo toda la semana sin comer para ver si recupero a diente la sangría que fui dejando punto a punto, que me los quitan los lobos de Tráfico y me los desquito con estos que no tienen culpa de nada. Ya lo decía Sidoro, «eruto yo y la patada al perro».

A mí me lo vas a decir.